La reciente intensificación de las acciones de la Administración Trump contra el Cártel de Los Soles, una organización señalada como una red de narcotráfico liderada por el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, marca un punto de inflexión en la política exterior de Estados Unidos hacia América Latina.
Este movimiento no solo busca desmantelar una estructura criminal que ha profundizado la crisis venezolana y ha afectado directamente a la seguridad nacional estadounidense, sino que también refleja una nueva doctrina de defensa centrada en la seguridad hemisférica, la lucha contra el narcotráfico y la contención de la influencia de potencias externas como China en la región.
A continuación compartimos un análisis de la escalada de la Administración Trump contra el Cártel de Los Soles, su contexto, las motivaciones, los movimientos militares, las provocaciones del régimen de Maduro, las justificaciones de la Administración Trump, las alianzas regionales y las posibles consecuencias de esta escalada de Trump contra el Cártel de Los Soles.
La escalada de la Administración Trump contra el Cártel de Los Soles
1. Antecedentes: El Cártel de Los Soles y la crisis venezolana
El Cártel de Los Soles, nombrado por las insignias de sol que portan los oficiales generales y almirantes venezolanos, ha sido identificado por Estados Unidos como una red de narcotráfico profundamente entrelazada con el régimen de Nicolás Maduro. Desde al menos 2020, cuando Maduro y varios de sus altos funcionarios fueron acusados por fiscales federales en Nueva York de liderar esta organización, el cártel ha sido señalado como responsable de traficar grandes cantidades de cocaína hacia Estados Unidos y Europa, en colaboración con grupos como el Tren de Aragua y el Cártel de Sinaloa en México.
La crisis venezolana, exacerbada por la mala gestión económica, la corrupción y las sanciones internacionales, ha convertido al país en un “narcoestado”, según la narrativa de la Administración Trump. La economía venezolana, dependiente del petróleo, colapsó bajo el régimen chavista, lo que llevó a una migración masiva y a un aumento de la inseguridad regional. En este contexto, el Cártel de Los Soles no solo se ha beneficiado del caos, sino que ha consolidado el control del régimen sobre las instituciones estatales, utilizando los ingresos del narcotráfico para financiar su supervivencia frente a sanciones y aislamiento internacional.
La designación del Cártel de Los Soles como una organización terrorista global por parte de la Administración Trump en julio de 2025, junto con el aumento de la recompensa por la captura de Maduro a 50 millones de dólares, refleja una estrategia para presionar al régimen y desmantelar su red criminal. Esta acción se enmarca en un historial de tensiones entre Washington y Caracas, que se intensificaron durante el primer mandato de Trump, cuando se intentó sin éxito propiciar un cambio de régimen a través de sanciones y el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino.
2. Trump contra el Cártel de Los Soles:
La necesidad de combatir el Cártel de Los Soles
El Cártel de Los Soles no es solo una organización criminal, sino una estructura que, según la Administración Trump, mantiene secuestrada a Venezuela. Este grupo ha corrompido las instituciones del país, incluyendo el ejército, la policía y el sistema judicial, permitiendo que el régimen de Maduro se mantenga en el poder a pesar de su ilegitimidad, evidenciada por elecciones fraudulentas como las de 2024.
La narrativa estadounidense sostiene que el cártel, liderado por Maduro y sus aliados, representa una amenaza directa a la seguridad de Estados Unidos al facilitar el flujo de fentanilo y otras drogas hacia el país, contribuyendo a la crisis de opioides que ha causado miles de muertes.
Combatir al Cártel de Los Soles es visto como una prioridad no solo por su impacto en el narcotráfico, sino también por su capacidad para desestabilizar la región. La conexión del cártel con grupos delictivos como el Tren de Aragua, que opera en varios países de América Latina, amplifica su alcance transnacional, fomentando la violencia y el crimen organizado. Además, la clara colaboración con actores externos como China, Rusia e Irán, que han apoyado al régimen de Maduro, añade una dimensión geopolítica a la necesidad de desmantelar esta red.
La Administración Trump sostiene que eliminar al Cártel de Los Soles es esencial para restaurar la estabilidad en Venezuela y, por extensión, en el hemisferio. Sin embargo, esta postura no está exenta de críticas, ya que algunos analistas, como Phil Gunson del International Crisis Group, sugieren que el enfoque militar podría ser una estrategia costosa y poco efectiva, más destinada a presionar a Maduro que a erradicar el narcotráfico.
Lo cierto es que una cosa es inherente a la otra: eliminar el Cártel de Los Soles supone la eliminación del régimen de Maduro.
3. Movimientos militares estadounidenses en el Caribe
Desde agosto de 2025, la Administración Trump ha intensificado su presencia militar en el Caribe, desplegando un contingente significativo de fuerzas navales y aéreas cerca de las aguas venezolanas. Según informes, tres destructores de misiles guiados (USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson), un submarino de ataque nuclear, varias aeronaves de vigilancia P-8 y unidades de la Marina y los Marines, con un total de más de 4,500 efectivos, han sido movilizados en la región.
Esta movilización, descrita como la mayor presencia militar estadounidense en el Caribe en décadas, sino la mayor nunca antes vista en la zona, se justifica oficialmente como una operación antidrogas para interceptar embarcaciones de narcotraficantes. Sin embargo, la magnitud de las fuerzas desplegadas, que incluyen buques capaces de lanzar misiles Tomahawk y realizar operaciones anfibias, sugiere un objetivo más amplio, posiblemente como una demostración de fuerza dirigida a Maduro.Pero una demostración de fuerza de semejantes costos operacionales es cuanto menos una irresponsabilidad de la Administración Trump si no se concretan acciones que justifiquen el equipo y personal militar desplegado.
El punto culminante de esta escalada fue el ataque del 2 de septiembre de 2025, cuando las fuerzas estadounidenses destruyeron una embarcación venezolana en aguas internacionales -una lancha propulsada por motores de alta capacidad-, matando a 11 presuntos miembros del Tren de Aragua.
Trump afirmó que la embarcación transportaba narcóticos hacia Estados Unidos, aunque no se ha presentado evidencia concluyente que vincule a los ocupantes con el cártel o que detalle la naturaleza de la carga. Este incidente marcó la primera operación militar conocida desde el despliegue de buques de guerra, lo que elevó las tensiones con el narcorégimen de Caracas.
4. Provocaciones del régimen de Maduro
El régimen de Maduro ha respondido a la presencia militar estadounidense con una retórica beligerante y cierto intento de acciones defensivas. Maduro ha acusado a la Administración Trump de buscar un cambio de régimen y ha calificado el despliegue militar como una “amenaza criminal y sangrienta”. En respuesta, anunció una supuesta movilización de más de 4.5 millones de milicianos -cifra que no existe en la realidad y que es muy abismalmente inferior- y 15,000 soldados a lo largo de la costa venezolana y la frontera con Colombia, instando a la población a unirse a las milicias para defender la soberanía nacional, misma que no respondió en absoluto a ese llamado.
Además, Maduro ha cuestionado la veracidad de las pruebas presentadas por Estados Unidos, incluyendo un video del ataque del 2 de septiembre, que su gobierno sugirió podría haber sido generado por inteligencia artificial, pero habitantes de la población costera de donde provenían los difuntos –San Juan de Unare, Estado Sucre – han mostrado videos en redes sociales expresando su luto por las muertes, lo cual hecha por tierra el discurso del narcorégimen de Maduro.
Estas acusaciones buscaban deslegitimar las acciones estadounidenses y reforzar la narrativa de una agresión imperialista, pero pronto quedaron en ridículo. Por su parte el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, uno de los cabecillas del Cártel de Los Soles, ha reafirmado su disposición para enfrentar cualquier ataque, mientras Maduro ha amenazado con declarar una “república en armas” en caso de una invasión.
Estas provocaciones, aunque defensivas y enteramente retóricas, han elevado las tensiones y le han proporcionado a la Administración Trump una justificación para escalar aún más sus operaciones. La retórica de Maduro también refleja su intento de consolidar el apoyo interno y externo, ambas cosas absolutamente ilusorias, especialmente de aliados como China y Rusia, quienes por su parte han mostrado en días recientes una abierta disposición a confrontar a los EE.UU durante el desfile militarpor el 80 Aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, en China, donde ese país hizo una exhibición de su equipamiento militar.
Por otra parte dos aviones F-16 – tal vez los únicos aparatos de esos que aún pueden volar en lo que queda de la otrora Fuérza Aérea venezolana – hicieron un sobrevuelo cercano a una embarcación estadounidense en El Caribe, en lo que fue considerado por las fuerzas militares estadoundienses como “un juego de pollito y gallina”, sin capacidad de causar daño alguno, no obstante el presidente Trump autorizó a sus comandantes militares a “hacer todo lo que creyeren conveniente” en lo sucesivo autorizando abiertamente el derribo de aeronaves militares venezolanas, y advirtió que no habrá una nueva ocasión sin respuesta, léase, derribo.
A partir de ello EE.UU envió 10 aviones F-35 a Purto Rico para apoyo directo de la flota que ya se encuentra destacada en El Caribe.
5. Justificaciones de la Administración Trump y la nueva doctrina de defensa
La Administración Trump ha justificado su escalada contra el Cártel de Los Soles como una necesidad para proteger la seguridad nacional de Estados Unidos. El presidente ha acusado a Maduro de liderar una organización narcoterrorista que inunda el país con drogas, particularmente fentanilo, y ha declarado que usará “todo el poder de América” para erradicar a los cárteles. Esta postura se alinea con una nueva doctrina de defensa que prioriza la seguridad hemisférica y el uso de la fuerza militar para abordar amenazas no tradicionales, como el narcotráfico.
El secretario de Estado, Marco Rubio, ha sido una figura clave en la promoción de esta estrategia, argumentando que los cárteles deben ser tratados como organizaciones terroristas armadas, no solo como redes criminales. Esta designación permite el uso de recursos militares, de inteligencia y financieros para atacar a estas organizaciones, incluso en territorio extranjero o aguas internacionales.
La nueva doctrina también busca contrarrestar la influencia de China en América Latina. Venezuela, con sus vastas reservas de petróleo y gas natural, ha sido un aliado estratégico de Beijing, que ha proporcionado préstamos y apoyo diplomático al régimen de Maduro. La Administración Trump ve la presencia china como una amenaza a la influencia estadounidense en el hemisferio, y la presión sobre Maduro podría ser parte de un esfuerzo más amplio para limitar el alcance de China en la región.
6. Alianzas regionales y posibles consecuencias
La escalada de Trump ha generado reacciones mixtas en América Latina. Mientras que María Corina Machado ha apoyado las acciones estadounidenses, otros gobiernos, como los de México y Colombia, han expresado preocupación por la militarización del Caribe. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, inicialmente ha cuestionado las acusaciones de vínculos entre Maduro y el Cártel de Sinaloa, argumentando que no hay evidencia para respaldarlas. Sin embargo tras la visita del Secretario de Estado, Marco Rubio a México esta semana, parece haber bajado la guardia tal vez por “razones altamente convincentes” y muestra una mayor disposición a cooperar con EE.UU.
El caso del gobierno de Colombia ha sido más abiertamente pro-Maduro en voz del presidente Petro, quien intentó infructuosamente que la CELAC se pronunciara en contra de las acciones que encamina EE.UU en contra de El Cártel de Los Soles.
Estados Unidos ha buscado fortalecer alianzas regionales para combatir el narcotráfico, con Rubio liderando esfuerzos diplomáticos en México y Ecuador.
Las posibles consecuencias de esta escalada son múltiples. En el mejor de los casos, la presión militar podría debilitar al Cártel de Los Soles y forzar la salida del régimen de Maduro, aunque esto parece improbable sin un apoyo interno significativo, el cual no luce viable de ninguna manera sin que a su vez haya una acción ofensiva directa por parte de los EE.UU que brinde el fondo de confianza que la población venezolana y militares desafectos al narcorégimen necesitan, aunque la abrumadora mayoría de la población apoya las acciones de EE.UU, pero no sin cautela y cierto excepticismo en cuanto a hechos concretos contra el narcorégimen.
Es preciso entender que tras más de 26 años de abusos por parte del narcorégimen chavista en el país, la población se encuentra altamente excéptica en cuanto a “salir a la calle”, cosa que no hará sin apoyo concreto y directo, ya que la experiencia traumática y constante de los años 2002, 2004, 2009, 2014, 2017, 2019 y 2024 ha sido determinante; y en el sector militar por otra parte cunde una hipervigilancia interna de mano de la inteligencia cubana y la DGCIM que en el pasado ha escarmentado con violaciones sexuales, torturas, prisión y asesinatos a militares disidentes y a sus familias, de modo que la cosa no va de intenciones sino de hecho concretos y contundentes. Una acción ejemplar y ejempalrizante al estilo Soleimani sería determinante en este contexto de la mano de una arenga de apoyo a la población venezolana, y no la clásica ida y venida de retórica ante los medios. Se trata de confianza, a la población venezolana y a militares disidentes se les ha abandonado en todas y cada una de las ocasiones de los años arriba mencionados. Es un trauma real.
En el peor de los casos, la escalada de la Administración Trump contra el Cártel de Los Soles podría desencadenar un conflicto armado limitado, aumentar la inestabilidad regional y provocar una nueva ola de migración masiva. Además, la falta de evidencia clara sobre las operaciones militares podría erosionar la credibilidad de Estados Unidos y alimentar acusaciones de imperialismo, fortaleciendo a los aliados de Maduro, como China y Rusia, de modo que el factor tiempo-contundencia es crucial, y ya está corriendo en contra de los EE.UU, quienes necesitan ganar credibilidad cuanto antes, ya que la consabida actitud vociferante de Trump a modo de Reality Show no ayuda mucho.
Lo cierto es que una red criminal conocida como El Cártel de los Soles, compuesta por importantes figuras militares y políticas cercanas a Nicolás Maduro, utiliza Venezuela para transportar cocaína por todo el mundo.
Este cártel gestiona rutas de droga por tierra, mar y aire hacia Estados Unidos, Europa y África. Se estima que generan alrededor de 8.400 millones de dólares, una cifra superior a la que Venezuela obtiene del petróleo.
La fiscalía estadounidense ha acusado a Maduro y a otros líderes de intentar inundar Estados Unidos con cocaína. Esto per sé jsutifica la escalada de la Administración Trump contra el Cártel de Los Soles.
Grupos rebeldes como el ELN, las FARC y el Tren de Aragua también están involucrados.
Varios países ahora califican oficialmente al régimen de Maduro de grupo terrorista. Y en esto la escalada de la Administración Trump contra el Cártel de Los Soles ha dado buenos resultados.
La escalada de la Administración Trump contra el Cártel de Los Soles refleja una estrategia ambiciosa pero arriesgada para abordar el narcotráfico y la influencia extranjera en América Latina. Si bien la necesidad de desmantelar estructuras criminales como el Cártel de Los Soles es innegable, el enfoque plantea interrogantes sobre su eficacia y consecuencias a largo plazo. La región observa con cautela, mientras el equilibrio entre la seguridad hemisférica y la soberanía nacional pende de un hilo si no se concretan acciones dejando atrás la retórica y los amagues.
Los venezolanos mientras tanto se encuentran en medio de esta situación, afrontando una fuerte crisis económica de inflación en divisas, servicios públicos mermados y con la incertidumbre en el futuro cercano, aunque con gratitud hacia los EE.UU y la esperanza de que la presión y acciones concretas generen un cambio del cual tanto Venezuela, los EE.UU, y toda la región se beneficiarán.
De momento la escalada de la Administración Trump contra el Cártel de Los Soles sigue in crescendo y todo apunta a que no habrá marcha atrás. Y toda la gente de bien en el mundo espera que así sea.
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