Marco Rubio Lidera la Campaña de Presión de Trump Contra Maduro en Venezuela
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Marco Rubio Lidera la Campaña de Presión de Trump Contra Maduro en Venezuela

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**Washington, D.C. – 21 de octubre de 2025** – En un esfuerzo agresivo por debilitar al régimen de Nicolás Maduro, el secretario de Estado y también asesor de seguridad nacional de EE.UU., Marco Rubio, ha asumido el liderazgo de una operación multifacética que combina sanciones económicas, amenazas militares y acciones antinarcóticos. Esta iniciativa, impulsada por el presidente Donald Trump, busca no solo frenar el flujo de drogas hacia Estados Unidos, sino también forzar la salida del poder del tirano venezolano, según fuentes del gobierno estadounidense.

La campaña representa un giro hacia una postura más confrontacional en la dinámica entre EE.UU. y el narcorégimen de Venezuela, reviviendo tensiones que se remontan a la primera administración de Trump. Rubio, un veterano en la lucha contra regímenes de izquierda en América Latina, ve esta oportunidad como la culminación de más de una década de esfuerzos en el Senado.

Antecedentes de la Crisis en Venezuela

Venezuela ha enfrentado una profunda crisis política, económica y humanitaria desde que Nicolás Maduro asumió el poder en 2013 tras la muerte de Hugo Chávez. El país, rico en reservas petroleras, ha visto su economía colapsar bajo sanciones internacionales, hiperinflación y acusaciones de corrupción y represión. Millones de venezolanos han emigrado, exacerbando problemas migratorios en la región, incluyendo EE.UU.

Maduro ha sido acusado por Washington de narcoterrorismo, fraude electoral y alianzas con grupos criminales como el Tren de Aragua y el Cártel de Sinaloa. En julio de 2024, Maduro reclamó victoria en unas elecciones presidenciales controvertidas, robándoselas, y consecuentemente rechazadas por la oposición y observadores internacionales, lo que intensificó las presiones globales. EE.UU. no reconoce a Maduro como presidente legítimo desde 2019, apoyando en su lugar a figuras opositoras como Juan Guaidó en el pasado.

Rubio, hijo de inmigrantes cubanos y senador republicano por Florida de 2011 a 2025, ha sido un crítico acérrimo de Maduro, impulsando sanciones y reconociendo gobiernos interinos. Su experiencia personal con el exilio cubano moldea su visión de Venezuela como un “cáncer del socialismo” en el hemisferio occidental, según aliados cercanos.

Estrategia de Presión: De Antinarcóticos a Amenaza Militar

 

Lo que comenzó como una operación contra el narcotráfico se ha expandido para convencer a Maduro de que no puede sostenerse en el poder. Trump percibe esta campaña como una victoria doble: en política exterior, al acceder potencialmente a las vastas reservas de petróleo y recursos naturales de Venezuela vía negocios viables; y en el ámbito doméstico, al reducir el flujo de drogas, las muertes relacionadas y mejorar la seguridad comunitaria.

En enero, Rubio realizó un viaje inaugural por Centroamérica y el Caribe, enfatizando recompensas para aliados de EE.UU. y etiquetando a Venezuela, Cuba y Nicaragua como “enemigos de la humanidad”. “Es mejor ser un aliado que un alborotador”, declaró Rubio en Costa Rica en febrero.

Internamente, Rubio marginó al enviado especial Ric Grenell, quien favorecía negociaciones pragmáticas con Maduro para reabrir el sector petrolero venezolano a empresas estadounidenses. Grenell logró un acuerdo inicial en enero para liberar rehenes estadounidenses y reanudar deportaciones, pero fue desautorizado a mediados de julio al pretender mantener un canal abierto de diálogo y negocios con el narcorégimen venezolano. En su lugar, Rubio impulsó un intercambio de prisioneros: 252 venezolanos por 10 estadounidenses.

En agosto, la fiscal general Pamela Bondi duplicó la recompensa por Maduro a 50 millones de dólares,- el monto más alto de la historia estadounidense – acusándolo de liderar un cártel de drogas. “Nicolás Maduro es un narcoterrorista y fugitivo de la justicia estadounidense que ha delegado en organizaciones terroristas para mantenerse en el poder. Su reinado no durará para siempre”, afirmó Bondi en esa oportunidad.

Despliegue Militar y Respuesta Venezolana

 

El componente militar es clave: EE.UU. ha desplegado al menos ocho buques de guerra, un submarino de ataque, aviones de combate F-35B, aviones espía P-8 Poseidon, drones MQ-9 Reaper y bombarderos B-52 con capacidad nuclear en el Caribe. Estos realizan vuelos de entrenamiento, recolección de inteligencia y demostraciones de fuerza. Además, fuerzas especiales de élite, como el Regimiento de Aviación de Operaciones Especiales 160 del Ejército (“Night Stalkers”), se han posicionado cerca de las costas venezolanas.

En las últimas semanas, se han intensificado ataques letales contra presuntos narcotraficantes en el Caribe. Maduro ha respondido movilizando tropas y milicias que dice tener en apresto, pero que ciertamente no lo están, acusando a Rubio de ser el “señor de la guerra”, mientras que ha incrementado la persecución y desaparición de civiles críticos a su narcorégimen durante las últimas semanas. El mes pasado, Maduro advirtió a Trump: “Presidente Donald Trump, debe tener cuidado porque Marco Rubio quiere manchar sus manos con sangre”.

Implicaciones Regionales y Domésticas

 

La estrategia, respaldada por figuras como Stephen Miller y Susie Wiles, busca erradicar el “cáncer del socialismo” en el hemisferio, según aliados de Rubio. Ryan Berg, director del programa de las Américas en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, describe la campaña como un “diagrama de Venn de intereses” entre los principales lugartenientes de Trump.

Para Rubio, este enfoque domestica la política exterior: negociando acuerdos de deportación, revocando visas por motivos ideológicos y autorizando fuerza letal contra “narcoterroristas”. Esto resuena con la base MAGA de Trump, enmarcando la lucha como defensa del territorio estadounidense.

Sin embargo, genera riesgos de escalada militar y tensiones regionales. Analistas advierten que podría desestabilizar aún más a Venezuela, provocando más migración o conflictos armados, aunque el país está muy lejos de caer en esa dinámica por cuanto su población apoya muy mayoritariamente la salida del narcorégimen por vía armada estadounidense, y no hay disposición de confrontación civil alguna. La Representante María Salazar (R., Fla.) elogió a Rubio: “El presidente Trump confía en él porque sabe que Rubio entiende verdaderamente el cáncer del socialismo y la necesidad de erradicarlo”.

Esta campaña marca un contraste con los intentos fallidos de la primera administración Trump para derrocar a Maduro, y podría redefinir la política hemisférica de EE.UU. en la era Trump 2.0.

(Con información de WSJ)

 

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