ETQQ / 15 Abr 2019.- La Catedral de Notre Dame en París se empezó a construir más 300 años antes de que Colón llegara a América. Es más que un lugar católico, es y ha sido un modelo arquitectónico y ejemplo de la inmensa capacidad del ser humano para crear y construir.
Una pieza patrimonio universal, muestra de la arquitectura gótica, testigo de siglos de idas y venidas de la humanidad, sufrió un voraz incendio hoy. Las causas del fuego no se han determinado de manera “oficial” aún. Se venían haciendo restauraciones a la catedral hace ya unas semanas.
En un contexto complicado de ataques recientes a templos católicos en Francia, y comenzando la Semana Santa, este incendio que arruinó a la inigualable Catedral de Notre Dame no sería prematuro ni excesivamente suspicaz observarlo desde la prisma de una agenda anti-occidentalista y anti-cristiana que esté buscando precisamente ir destruyendo absurdamente e infamemente baluartes de la cristianidad y de occidente.
No se trata sólo de la estructura, de por sí irreemplazable, sino de la riqueza de su contenido interior, mobiliario, órganos, vitrales algunos de los cuales eran medievales, candelabros, obras de arte, y espacios que fueron testigos de tanta historia.
El fuego se llevó para siempre la emblemática aguja con sus reliquias de santos que estaban ahí colocadas. Sin embargo reportan que se lograron salvar a tiempo reliquias invaluables de la Pasión de Cristo como su Corona de Espinas, un trozo de la Cruz donde fue crucificado, y un clavo de la crucifixión que se encontraban en la catedral.
La estructura exterior de piedra de la catedral se logró salvar. La evaluación de los daños arrojará la magnitud del desastre. Mientras tanto esta ha sido una jornada en la que el mundo ha experimentado un gran pesar. El fuego no perdona.