El episodio 4 de la segunda temporada de House Of The Dragon llamado “El Dragon rojo y el Dorado” nos regaló una batalla épica del universo de George R.R Martin: la primera Danza de los Dragones.
El capítulo, dirigido por Alan Taylor, llevó a los espectadores a una batalla aérea entre jinetes y sus dragones por primera vez en esta franquicia, y el resultado fue impresionante y conmovedor.
Los momentos previos
Mientras ambos bandos planean sus movimientos, Daemon está en el encantado, más no encantador, viejo castillo de Harrenhal tratando de reunir un ejercito para ofrecerlo a la causa de su esposa Rhaenyra.
Harrenhal está representando para el príncipe canalla una especie de purgatorio, donde los sueños le revelan situaciones de su pasado que le han atormentado por dentro.
Daemon sueña con el Gran Salón de la Fortaleza Roja y ve a Rhaenyra de joven sentada en el Trono de Hierro, y ella lo acusa de querer destruirla.
En el sueño revelador Rhaenyra le dice: “me odias porque mi padre me quiso más que a ti”, Daemon la decapita con su espada y la corona cae a sus pies, y la joven Rhaenyra lo mira, diciéndole que consiguió lo que siempre quiso.
En otro sueño, persigue a Aemond para darse cuenta que es él mismo con un parche en el ojo. También ve a su difunta esposa Laena sirviendo los tragos cuando se encuentra con Lord Blackwood.
Harrenhal está confrontando a Daemon con todas las personas que han significado algo en su vida, ya sea por culpas, rencillas, odios y resentimientos no resueltos.
Sin embargo, estos viajes de culpa aún no han tenido un impacto suficiente en su mente como para frenar su indómita personalidad, ya que no tiene reparos en intentar convencer al heredero Tully de matar a su abuelo.
La serpiente marina y sus secretos
Rhaenys va a los muelles de Driftmark, y se encuentra a Alyn, el marinero que le salvó la vida a Corlys, la princesa estudia con detalle el rostro del hombre, le toca los pómulos, y reconoce en ellos a su marido. Ciertamente Alyn es hijo bastardo de Corlys Velaryon.
La reina que nunca fue, siempre tan de pocas, pero certeras palabras, le dice al joven que su madre debió ser muy hermosa, luego se acerca a Corlys y le dice que Alys no tiene culpa de su pasado, y debió ser honrado y no escondido bajo las mareas, Corlys calla.
La fortaleza Roja
En King´s Landing, Alicent se reúne con el maestre Orwyle, quien le entrega el famoso té de luna, una poción para deshacerse sin culpas de las bajas pasiones que vive con Criston Cole cada noche.
Ambos fingen que es para alguien más, pero lo que verdaderamente le preocupa a Alicent son las dudas acerca de la canción de Hielo y Fuego, y si, ciertamente ésta no tiene nada que ver con su hijo Aegon.
El tormento de Alicent la empujan a querer leer todos los libros de Viserys en busca de alguna respuesta.
Sir Larys visita a Alicent y rápidamente sabe todo lo que le sucede. También se da cuenta de que ha estado leyendo los mismos libros con los que Viserys solía obsesionarse y puede pensar que ella está cuestionando su papel en la coronación de Aegon, algo de lo cual ya no se puede reparar nada.
El Consejo Negro
En Dragonstone, los asesores de Rhaenyra discuten sobre qué hacer con la avanzada de Criston Cole, los verdes se mueven rápido y ellos están de manos atadas esperando indicaciones.
Corlys tiene que intervenir porque el consejo está desesperado por hacer algo contundente, luego por fin aparece Rhaenyra, quien llevaba días desaparecida y sin dar noticias de sí, a enfrentar a toda esa gente furiosa, incluido su hijo.
Rhaenyra explica que fué a King´s Landing a reunirse con Alcient, lo cual causó estupor en todos, acepta que ya se quemaron todos los puentes de paz y llegó la hora de actuar, les advierte que no confundan su paciencia con debilidad.
Ante los hechos, decide enviar un dragón para desafiar a Cole en Rook’s Rest.
Se ofrece ir ella misma con Syrax, pero esta oferta es rechazada por todos. Jacaerys pide ser voluntario con su dragón Vermax, pero es demasiado inexperto.
Finalmente Rhaenys, que observaba la escena en silencio, hizo lo que solo ella puede hacer mejor que nadie: tomar las riendas del asunto.
Rhaenys volará a Rook’s Rest en Meleys, el dragón más grande y más experimentado del team Negro; ella siempre tiene la razón, aun en esta decisión, nadie era más indicado que ella para ejecutar esta misión.
El Consejo Verde
Durante el consejo Verde, Aemond no perdona las burlas de su hermano Aegon y se las cobra.
Aemond ha puesto en marcha sus planes de guerra con Cole y ha redirigido al Ejército Verde a Rook’s Rest en lugar de Harrenhal.
Aegon se molesta, quiere que vayan directo a Harrenhal, Lord Larys Strong le asegura que Harrenhal es un lugar maldito que dominará a Daemon.
Aemond aprovecha la oportunidad para hacer quedar en ridículo a Aegon frente al consejo, y lo hace en alto valyrio.
Aegon responde en un Valyrio pobre y torpe, que lo hace lucir cómo un completo fiasco, casi un impresentable, pero que ostenta sobre su cabeza el poder de los siete reinos.
Luego de eso en sus aposentos, Alicent habla con Aegon y le pide que haga lo que se espera de él: Nada!, este golpe bajo por parte de su propia madre cala profundamente en el ursurpador y lo hace tomar la decisión de ir a la batalla.
Antes de la batalla
En King’s Landing, un Aegon borracho y con el orgullo herido va director a Pozo del Dragón y monta a Sunfyre, su bestia dorada.
En Dragonstone una valiente, decidida y aplomada Rhaenys marcha hacia su dragón Meleys y le dice: “Vamos a la guerra otra vez, vieja amiga”, el lazo entre jinete y dragón es indivisible y sagrado.
Ambas escenas lucieron impactantemente emotivas, dejando claro que el lazo entre dragón y jinete es fuerte.
En Rook’s Rest el ejército de Cole de 1500 hombres se acerca al castillo.
Mientras tanto, Rhaenyra le dice a Jacaerys sobre el secreto que Viserys le contó: el sueño de Aegon el Conquistador, la Canción de Hielo y Fuego y la profecía del Príncipe Prometido.
La ciudad de Duskendale, gobernada por la Casa Darklyn, ha sido saqueada por el ejército verde. Cole decapita a Lord Gunthor Darklyn quien le profetiza que morirá de forma similar.
Batalla de Rook’s Rest
A las afueras del bosque, cerca del castillo de Rook’s Rest, el ejército verde se prepara para atacar.
Criston insiste en avanzar hacia el castillo a plena luz del día, ya que tiene su plan calculado
El ataque a Rook’s Rest ha comenzado: el ejército de Cole avanza mientras los arqueros del castillo intentan defenderse.
En medio de la toma del castillo se oye el grito: ¡Dragón!. Meleys, con Rhaenys a sus espaldas queman a los soldados de Cole.
Gwayne Hightower increpa a Cole y este envía una señal a sus soldados que luego tocan una bocina que, a cierta distancia Aemond, montado en Vhagar, escucha.
Aemond se encuentra listo para emprender su misión, cuando ve sobrevolar a Aegon montado en Sunfyre, Aemond se molesta y decide no entrar en la pelea.
Rhaenys y su dragón Meleys, Aegon y su Ddragón Sunfyre se enfrentan en un duelo corto pero brutal, Sunfyre echa fuego a Meleys y esta ataca directamente la carne de Sunfyre con sus enormes garras y dientes.
Rhaenys está ganando la pelea cuando decide aparecer Aeomond montado sobre la vieja bestia Vhagar, el dragón vivo más grande.
Aegon agradece a los dioses la ayuda, pero Aemond se sitúa de frente a su hermano y le dice a Vhagar: Dracarys!, acto seguido Aegon y Sunfyre caen dracarizados y muy maltrechos en el bosque.
Aemond no solo quiere ganar la pelea, quiere la corona, y con su hermano fuera de juego su próximo objetivo es Rhaenys.
Pero la aguerrida Rhaenys ya había decidido quedarse y luchar, aunque pudo tener chance de huir, su dragón es más veloz, se da vuelta y dice: “Ataca Meleys”.
Entonces comienza la Danza de los Dragones, Meleys contra Vhagar, la bestia roja contra la veterana y enorme bestia verde.
Vhagar agarra a Meleys con sus garras y procede a quemarle, Meleys se defiende y contraataca, hiriendo a Vhagar en el vientre, ambos dragones quedan fundidos en una especie de abrazo mortal dando círculos en el cielo.
La valiente bestia roja hace que Vhagar se precipite a tierra, el impacto se lleva por delante a muchos soldados, Cole se cae del caballo y se desmaya.
Pero Vhagar se levanta mientras Meleys sigue en el aire tratando de localizarlos, para desgracia de Rhaenys en el momento que vuelan sobre el castillo, Vhagar se lanza en picado y aprieta el cuello de Meleys con sus mandíbulas.
Los dos dragones y sus dos jinetes se elevan más alto y Meleys mira a Rhaenys en una desgarradora despedida, en ese momento su cuello se rompe, Vhagar la suelta y se va volando, mientras Rhaenys acepta su final y se deja caer junto a su amado dragón.
Cole despierta en un campo de batalla que parece el apocalipsis, observa que su diezmado ejército está ganando la batalla al invadir el castillo sobre el que cayó Meleys.
Aturdido emprende la búsqueda de Aegon e intenta conseguir la ayuda de un soldado, pero este ha quedado reducido a cenizas.
Sube una ladera y se encuentra a Aemond quien se disponía a usar su espada contra su moribundo hermano, Cole lo detiene, Aemond se arrodilla y recoge la daga de Aegon y le indica a Cole que ahí yace Aegon.
La Danza de los Dragones termina con Aemond marchándose de la escena dejando atrás a un devastado Criston Cole, que sufre al ver que no pudo cumplir su juramento de proteger al “rey”.
Por más impresionante que suene la lucha de dragones, el espectáculo se centra en el vínculo emocional entre los dragones y sus jinetes. Los dragones gritan y sangran mientras pelean y eso te desgarra el corazón
Los dragones han comenzado a bailar y las consecuencias serán terribles. Veremos qué Targaryen heredará las cenizas que quedaron atrás.
La protagonista del episodio: Eva Best
La reina guerrera que nunca fue, pero que debió ser, se marchó como quiso, ella eligió su forma de morir, primero hizo las paces con su existencia, confrontó a Corlys por su engaño y le pidió que reconociera a Alyn, su hijo bastardo.
La actriz Eve Best será recordada como la valiente Rhaenys, la princesa que siempre sabía que decir, lúcida como nadie en el reino y la única que parecía entenderlo todo sin dejarse llevar por las pasiones del momento.
En una entrevista, Eva Best explica por qué Rhaenys no le ordenó a Meleys que quemara Aegon y Aemond:
“Son como niños armados; Quieren maximizar la cantidad de matanza. Y hay algo muy… es muy masculino. Mientras que ella va muy específicamente por el dragón: saquemos el armamento y no quememos a todos los demás al azar”.
“Hay un sentimiento de apretura al respecto, porque estos tipos son su familia, por muy mal que se hayan portado y se estén comportando y por muy peligrosos que sean”.
“La responsabilidad de esto es tan grande que tiene que ser una misión kamikaze, porque ¿cómo se puede vivir con ello? Y esa especie de cosa samurái de cuando regresa: podría haber escapado y se da vuelta. Para mí, eso es puro, sea lo que sea: caballero artúrico, Lancelot, samurái. Es el noble guerrero pensando: No, no voy a salvarme sólo a mí mismo. Voy a terminar esto”, dijo la actriz.
También relató que las escenas le representaron un enorme desgaste físico, no es fácil tener que simular estar montado sobre un dragón, girando y haciendo todos esos movimientos.
Pero la actriz dice que lo más difícil fue la carga emocional de su personaje, Rhaenys necesitaba transmitir tantas emociones en esa corta, pero intensa batalla.
Best tuvo una conversación profunda con el director Alan Taylor, necesitaba saber las emociones exactas que él quería plasmar, y es que su personaje estaba en una misión suicida que tanto había luchado por evitar.
El episodio 4 de House Of The Dragon cumplió con las expectativas, nos mostró la mítica Danza de los Dragones y se ubicó como el quinto episodio mejor puntuado en el universo de George R..R Martin.
Ver también:
El último esfuerzo de Rahenyra