La crisis política y humanitaria que vive el Sahel, la región semiárida que se extiende desde el océano Atlántico hasta el mar Rojo, se ha agravado tras el golpe de Estado que derrocó al presidente de Níger, Mohamed Bazoum, el pasado 26 de julio. En este post abordaremos un análisis acerca del Golpe de Estado en Níger: ¿Qué está en juego para África y el mundo?
Golpe de Estado en Níger
Los militares rebeldes, liderados por el general Omar Tchiani, jefe de la guardia presidencial, han formado una junta militar llamada Consejo Nacional para la Salvaguarda de la Patria (CNSP) y han anunciado la suspensión de la Constitución y la disolución de las instituciones democráticas.
El golpe ha sido condenado por la comunidad internacional, que ha exigido el restablecimiento del orden constitucional y la liberación inmediata de Bazoum y su familia, que siguen retenidos en el palacio presidencial. Sin embargo, el CNSP ha recibido el apoyo de los gobiernos de facto de Mali y Burkina Faso, dos países vecinos que también sufrieron sendos golpes militares en 2020 y 2021 respectivamente.
Estos países han amenazado con declarar la guerra a cualquier país que intente intervenir en Níger para restaurar a Bazoum.
¿Qué motivó el golpe de Estado en Níger?
Níger es uno de los países más pobres del mundo, con un índice de desarrollo humano de 0,394, el más bajo entre los 189 países evaluados por la ONU. Además, sufre una grave crisis de seguridad debido a la presencia de grupos armados y terroristas que operan en su territorio y en las fronteras con Mali, Burkina Faso, Nigeria y Libia.
Estos grupos han perpetrado numerosos ataques contra las fuerzas de seguridad y la población civil, causando miles de muertos y desplazados.
Bazoum fue elegido presidente en febrero de 2021 con el 55,75% de los votos en una segunda vuelta que fue impugnada por su rival, el ex presidente Mahamane Ousmane, que denunció fraude electoral. Bazoum era el candidato del partido gobernante, el Partido Nigerino para la Democracia y el Socialismo (PNDS), y contaba con el apoyo del ex presidente Mahamadou Issoufou, que había gobernado desde 2011 hasta 2021 respetando los límites constitucionales de dos mandatos.
Sin embargo, su victoria no fue bien recibida por una parte de la población que le acusaba de ser un títere de Issoufou y de Francia, la antigua potencia colonial que mantiene una fuerte influencia política y económica en Níger.
Bazoum también se enfrentaba al descontento social por la crisis sanitaria provocada por la pandemia de COVID-19, que ha agravado la situación económica y humanitaria del país.
Los golpistas justifican su acción como una forma de mejorar “el deterioro de la situación de seguridad y las malas condiciones económicas” del país. También afirman que actúan en defensa de la soberanía nacional frente a las injerencias extranjeras.
Sin embargo, algunos analistas apuntan a que detrás del golpe hay intereses ocultos relacionados con el control de los recursos naturales del país, especialmente el uranio, del que Níger es el segundo mayor productor mundial.
¿Qué papel juega Rusia en el conflicto?
Rusia es uno de los actores externos que más ha aumentado su presencia e influencia en África en los últimos años. Su estrategia combina negocios, diplomacia y venta de armas. Rusia es el principal exportador de armas al continente africano y ha firmado acuerdos de cooperación militar con varios países del Sahel, como Mali, Ghana, Chad o Níger.
Además, Rusia cuenta con la presencia del Grupo Wagner, la fatídica empresa privada rusa de mercenarios que ha estado involucrada en varios conflictos africanos, como Libia, República Centroafricana o Mozambique.
El Grupo Wagner ofrece sus servicios a cambio de acceso a materias primas valiosas para Rusia, como el oro o los diamantes.
Según algunos expertos, Rusia podría estar detrás del golpe de Estado en Níger, o al menos haberlo apoyado, para debilitar la influencia de Francia y Estados Unidos en la región y obtener ventajas económicas y geopolíticas.
Rusia tiene intereses en el sector del uranio en Níger, donde la empresa francesa Orano tiene una posición dominante. Además, Rusia podría aprovechar el vacío de poder para expandir su influencia en otros países del Sahel, donde Francia y Estados Unidos mantienen cierta presencia militar para combatir el terrorismo.
La presencia del Grupo Wagner en el Sahel
El Grupo Wagner estaría presente en el Sahel, donde habría enviado a cientos de combatientes para apoyar a los gobiernos de Mali y Burkina Faso, así como a la junta militar de Níger. El objetivo sería proteger los intereses rusos en la región, especialmente en el sector del uranio, y contrarrestar la influencia de Francia y Estados Unidos.
La presencia del Grupo Wagner en el Sahel supone un riesgo adicional para la seguridad y la estabilidad de la región, ya que podría aumentar la violencia y la confrontación entre los actores locales y externos. Además, podría dificultar los esfuerzos diplomáticos para resolver la crisis, ya que el Grupo Wagner actúa al margen del derecho internacional y sin rendir cuentas a nadie.
La suspensión de la cooperación militar con Francia y Estados Unidos
Francia y Estados Unidos han sido dos de los principales socios militares de Níger, que han apoyado al país en su lucha contra el terrorismo y la inseguridad. Francia tiene unos 5.000 soldados desplegados en el Sahel como parte de la operación Barkhane, que tiene su sede en Níger. Estados Unidos tiene unos 800 militares en Níger, donde opera una base de drones en Agadez.
Sin embargo, tras el golpe de Estado, la junta militar de Níger suspendió toda cooperación militar con Francia y Estados Unidos, acusándoles de interferir en los asuntos internos del país y de apoyar al presidente depuesto Bazoum.
La junta también ordenó el cierre de las bases militares extranjeras en Níger y ha exigido la retirada inmediata de las tropas francesas y estadounidenses.
La suspensión de la cooperación militar con Francia y Estados Unidos puede tener graves consecuencias para la seguridad de Níger y del Sahel, ya que puede debilitar la capacidad de respuesta frente a las amenazas terroristas y armadas que operan en la región.
También puede afectar a la relación entre Níger y sus aliados occidentales, que podrían imponer sanciones económicas o políticas al país hasta que se restablezca el orden democrático.
La suspensión de las exportaciones de oro y uranio
Níger es un país rico en recursos naturales, especialmente en oro y uranio. El oro es el segundo producto más exportado por Níger, después del petróleo. El país produce unas 10 toneladas de oro al año, que se extraen principalmente de las minas artesanales e informales.
El uranio es el tercer producto más exportado por Níger, después del oro. El país produce unas 3.000 toneladas de uranio al año, que se extraen principalmente de las minas industriales controladas por la empresa francesa Orano.
Sin embargo, tras el golpe de Estado, la junta militar de Níger suspendió todas las exportaciones de oro y uranio, alegando que quiere revisar los contratos mineros y garantizar una mayor transparencia y equidad en el reparto de los beneficios. La junta también afirmó que quiere diversificar sus socios comerciales y reducir su dependencia de Francia.
Los rostros del desafío a occidente tras el golpe de estado en Níger
Ibrahim Taore: el rostro del golpe de Estado en Burkina Faso
Ibrahim Taore es el capitán del ejército de Burkina Faso que encabezó el golpe de Estado que derrocó al presidente interino Paul-Henri Sandaogo Damiba el pasado 30 de septiembre de 2022. Desde entonces, se ha autoproclamado presidente del país y ha formado una junta militar llamada Movimiento Patriótico para la Salvaguardia y Restauración (MPSR).
Taore es un joven militar de 34 años que se ha destacado por su participación en la lucha contra la insurgencia yihadista que azota el norte del país. Se graduó en geología en la Universidad de Uagadugú y se unió al ejército en 2009. Ascendió rápidamente al rango de capitán y formó parte de las misiones de paz de las Naciones Unidas en Mali. También apoyó el primer golpe de Estado de enero de 2022, que llevó al poder a Damiba.
Taore se ha presentado como un nacionalista y un patriota que quiere defender la soberanía y la dignidad de Burkina Faso frente a las injerencias extranjeras. Ha criticado duramente la presencia militar francesa en el Sahel y ha exigido su retirada inmediata. También ha rechazado cualquier mediación o sanción por parte de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (ECOWAS por sus siglas en inglés), a la que ha calificado de “organización neocolonialista”.
Taore ha prometido organizar elecciones libres y transparentes en un plazo de dos años, pero no ha dado detalles sobre el proceso ni sobre la composición del gobierno de transición. Tampoco ha aclarado cómo va a hacer frente a la grave crisis económica y humanitaria que sufre el país, donde casi la mitad de la población vive por debajo del umbral de la pobreza.
Taore ha mantenido una posición ambigua respecto a la cooperación con otros actores internacionales, especialmente con Rusia. Por un lado, ha expresado su interés en diversificar sus socios comerciales y reducir su dependencia de Francia. Por otro lado, ha negado tener vínculos con el Grupo Wagner.
Taore ha basado su discurso en el patriotismo, el populismo y el anticolonialismo, buscando el apoyo popular y legitimando su acción golpista. Sin embargo, su discurso también es demagógico, ya que ignora las demandas sociales y políticas de la población, que aspira a una mayor democracia, desarrollo y seguridad.
Además, su discurso es peligroso, ya que puede provocar una mayor inestabilidad y violencia en la región, así como un aislamiento internacional del país.
Assimi Goita: el doble golpista de Mali
Assimi Goita es el coronel del ejército de Mali que ha protagonizado dos golpes de Estado en menos de un año: el primero, el 18 de agosto de 2020, contra el presidente Ibrahim Boubacar Keita, y el segundo, el 24 de mayo de 2021, contra el presidente interino Bah Ndaw y el primer ministro Moctar Ouane. Desde entonces, se ha autoproclamado presidente del país y ha formado una junta militar llamada Comité Nacional para la Salvación del Pueblo (CNSP).
Goita es un militar experimentado que ha participado en varias operaciones contra los grupos terroristas y rebeldes que operan en el norte y el centro del país. Se graduó en la academia militar de Koulikoro y se especializó en operaciones especiales. Fue comandante del Batallón Autónomo de Fuerzas Especiales (BAFE) y del Grupo Especial Antiterrorista (GSA). También formó parte de las misiones de paz de las Naciones Unidas en Sudán y República Democrática del Congo.
Goita se ha presentado como un defensor de la democracia y la estabilidad de Mali frente a las amenazas internas y externas. Ha justificado sus golpes como una forma de evitar el caos y el colapso del Estado.
Goita ha mantenido una posición ambigua respecto a la presencia militar francesa en el Sahel. Por un lado, ha reconocido su papel en la lucha contra el terrorismo y ha pedido su continuidad. Por otro lado, ha expresado su apoyo a la iniciativa rusa para crear una fuerza conjunta africana que sustituya a las tropas extranjeras. También ha mostrado su solidaridad con la junta militar de Níger y ha advertido que cualquier intervención militar en ese país sería una declaración de guerra contra Mali.
Goita ha basado su discurso en el patriotismo, el populismo y el anticolonialismo, buscando el apoyo popular y legitimando su acción golpista.
Sin embargo y al igual que en el caso de su “homólogo” de Burkina Faso, su discurso también es demagógico, ya que ignora las demandas sociales y políticas de la población, que aspira a una mayor democracia, desarrollo y seguridad. Además, su discurso también es peligroso, ya que abona una mayor inestabilidad y violencia en la región, así como un potencial aislamiento internacional del país.
¿Son Taore y Goita caballos de Troya de Rusia para controlar África causando una guerra?
Esta es una pregunta difícil de responder con certeza, sin embargo, hay algunos indicios que sugieren que podrían estar actuando bajo la influencia o el apoyo de Rusia, o al menos buscando favorecer sus intereses en África.
Por un lado, Taore y Goita han adoptado una postura hostil hacia Francia, la antigua potencia colonial que mantiene una fuerte presencia e influencia en el Sahel. Ambos han exigido la retirada inmediata de las tropas francesas y han acusado a Francia de interferir en los asuntos internos de sus países. Esta actitud coincide con la de Rusia, que considera a Francia como un rival geopolítico en África y que busca debilitar su posición en la región.
Por otro lado, Taore y Goita han mostrado cierta simpatía hacia Rusia, o al menos hacia algunos de sus aliados o instrumentos en África. Ambos han expresado su interés en diversificar sus socios comerciales y reducir su dependencia de Francia.
También han negado tener vínculos con el Grupo Wagner. Sin embargo, hay informes que indican que el Grupo Wagner estaría presente en el Sahel, apoyando a los gobiernos o las juntas militares de Mali, Burkina Faso y Níger.
Así pues, se podría decir que Taore y Goita son potenciales caballos de Troya de Rusia para controlar África causando una guerra. Sin embargo, también se podría decir que son actores autónomos que buscan defender sus propios intereses y los de sus países, y que aprovechan la rivalidad entre las potencias externas para obtener ventajas o beneficios.
En cualquier caso, lo que está claro es que su actuación puede tener graves consecuencias para la paz y la seguridad de África y del mundo.
La ECOWAS ante la crisis del Sahel: ¿Qué puede hacer?
La Comunidad Económica de Estados de África Occidental (ECOWAS por sus siglas en inglés) es una organización regional que agrupa a 15 países de África Occidental, entre ellos Níger, Mali y Burkina Faso.
La ECOWAS tiene como objetivos promover la integración económica, la cooperación política, la seguridad regional y el desarrollo humano en la zona.
ECOWAS ha jugado un papel importante en la prevención y resolución de conflictos en África Occidental, interviniendo en varias crisis políticas y humanitarias, como las de Liberia, Sierra Leona, Costa de Marfil o Gambia.
También ha desplegado una fuerza militar conjunta, la Misión de la CEDEAO en el Sahel (MICE), que colabora con las fuerzas nacionales y regionales en la lucha contra el terrorismo y la inseguridad.
Sin embargo, la ECOWAS se enfrenta a un gran desafío ante la crisis del Sahel, que se ha agravado tras los golpes de Estado en Níger, Mali y Burkina Faso. Estos golpes han supuesto una ruptura del orden constitucional y democrático en estos países, que son miembros fundadores de la ECOWAS. Además, han generado una situación de tensión y confrontación entre los países del Sahel, que amenazan con declararse la guerra entre sí o con cualquier país que intente intervenir en Níger para restaurar al presidente depuesto Bazoum.
la ECOWAS se encuentra ante un dilema difícil de resolver. Por un lado, tiene el deber y el mandato de defender los principios democráticos y constitucionales en sus países miembros. Por otro lado, tiene que tener en cuenta las realidades políticas y sociales de cada país y las consecuencias de sus acciones. Lo que está claro es que la ECOWAS no puede permanecer indiferente ni pasiva ante la crisis del Sahel, que pone en peligro su credibilidad y su relevancia como actor regional.
¿Qué consecuencias puede tener el golpe de Estado en Níger para África y el mundo?
El golpe de Estado en Níger puede tener graves consecuencias para la estabilidad y la seguridad de África y del mundo. Por un lado, puede provocar una escalada del conflicto regional en el Sahel, donde ya hay varios focos de violencia que amenazan la paz y la integridad territorial de los países.
Si Mali y Burkina Faso cumplen su amenaza de declarar la guerra a cualquier país que intente intervenir en Níger, se podría desatar una guerra abierta entre los países del Sahel, con el riesgo de que se involucren otras potencias regionales o internacionales.
Por otro lado, el golpe de Estado en Níger puede agravar la crisis humanitaria que sufre la región, donde casi 15 millones de personas necesitan asistencia humanitaria, según la ONU. La violencia, el desplazamiento, y el hambre pueden generar más sufrimiento y vulnerabilidad entre las poblaciones civiles, especialmente entre las mujeres y los niños, que son los más afectados por la violencia sexual, los abusos y la explotación.
Además, el golpe de Estado en Níger puede socavar el proceso democrático en África, donde muchos países han logrado avances significativos en los últimos años. El derrocamiento de Bazoum puede ser un mal ejemplo para otros líderes africanos que podrían verse tentados a perpetuarse en el poder o a recurrir a la fuerza para resolver sus diferencias políticas. También puede desalentar a los ciudadanos africanos que aspiran a una mayor participación y representación en sus sistemas políticos.
Finalmente, el golpe de Estado en Níger puede afectar a los intereses globales en materia de seguridad, energía y medio ambiente. El Sahel es una región estratégica para la lucha contra el terrorismo, el tráfico de armas, drogas y personas, y la migración irregular.
También es una región clave para el suministro de uranio, un recurso vital para la producción de energía nuclear.
¿Es inminente una guerra en el Sahel como consecuencia del golpe de estado en Níger?
En este punto hay varios factores que aumentan el riesgo de una escalada del conflicto regional. Algunos de estos factores son:
- La inestabilidad política y la falta de legitimidad de los gobiernos o las juntas militares de Níger, Mali y Burkina Faso, que han tomado el poder por la fuerza y han suspendido las instituciones democráticas.
- La amenaza de los grupos armados y terroristas que operan en el norte y el centro del Sahel, como Al Qaeda, el Estado Islámico, Boko Haram o los tuaregs, que han perpetrado numerosos ataques contra las fuerzas de seguridad y la población civil, causando miles de muertos y desplazados.
- La crisis humanitaria que sufre la región, donde casi 15 millones de personas necesitan asistencia humanitaria, según la ONU.
- La rivalidad entre las potencias externas que tienen intereses en la región, especialmente Francia y Rusia. Francia mantiene una fuerte presencia e influencia política y económica en el Sahel. Rusia ha aumentado su presencia e influencia en África en los últimos años, combinando negocios, diplomacia y venta de armas. Rusia también cuenta con la presencia del Grupo Wagner, que ha estado involucrada en varios conflictos africanos.
- La falta de cooperación y confianza entre los países del Sahel, y entre estos y la comunidad internacional. Los países del Sahel han mostrado su descontento con la actuación de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental, que ha condenado los golpes de Estado y ha impuesto sanciones a los países golpistas. También han expresado su rechazo a la intervención militar francesa en el Sahel y han amenazado con declarar la guerra a cualquier país que intente intervenir en Níger para restaurar al presidente depuesto Bazoum.
Estos factores crean un escenario propicio para que se desate una guerra en el Sahel, que podría tener graves consecuencias para la paz y la seguridad de África y del mundo.
La comunidad internacional debe abordar las causas profundas de la crisis del Sahel, que son estructurales y multidimensionales.
La crisis del Sahel es un desafío complejo que no admite soluciones fáciles ni rápidas. Sin embargo, es un desafío que no se puede ignorar ni postergar. El futuro de África depende en gran medida de lo que ocurra en esta región a causa de la crisis del golpe de estaddo en Níger.
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