Este es nuestro primer Editorial. Sin mayores pretensiones que compartir reflexiones acerca de situaciones precisas o del contexto que como país y sociedad nos afecta.
En El Tuqueque.com no estaremos pendientes de causar ronchas ni herir susceptibilidades a menos que sean absolutamente merecidas, y enfocadas siempre en el contexto de la función pública y política, en momentos en los que una fachada del socialismo se derrumba, para que otra fachada vuelva a tomar el poder, y retomar sus andanzas de su tan añorada “Cuarta República”. Momentos de gatopardismo en una Venezuela sin contrapesos políticos de derecha organizados y serios, no esos experimentos de redes sociales cargados de egos y megalomanías infantiles.
“Vamos bien”… No, no vamos tan bien, aunque sí hay como nunca antes muchos factores jugando “ a favor”. Mientras la hiperinflación galopa asesinando la capacidad de comer de la inmensa mayoría de quienes están en Venezuela, y mientras se juega a generar esperanza, muy peligrosa emoción por cierto, lo que queda claro es que no hay nada claro, ayer se promovía una candidatura “única” unción casi “por aclamación” de Leopoldo López, y se sigue endiosando a Juan Guaidó, quien ciertamente es Presidente Interino Constitucional de la República, en el papel constitucional, más no en la capacidad real de mando.
Se juega a tapar los huecos del socialismo con más socialismo, porque es lo único que hay en el horizonte. Eso lo tenemos muy claro. Habrá mucha tela por cortar pero estamos aquí y ahora en una semana que en la que muchos factores se han empeñado en colocarla como un gran evento mediático, de aprovechamiento de cálculos políticos de popularidad y proyecciones electorales a corto plazo dentro y fuera de Venezuela, y de no clara resolución, al menos hasta ahora, de extremadamente graves situaciones que siguen ocurriendo en Venezuela, entre crímenes de lesa humanidad, hiperinflación, narcotráfico y muertes por las carencias más insólitas de medicamentos.
De cara al tema post-chavismo, que es preciso tener en el horizonte, una opción o varias opciones de derechas son indispensables, ya hablaremos de eso en otro momento, pero no se construyen de la noche a la mañana. No dudamos de que hay condiciones para comenzar a formar cuadros con convicción seria de construir país con libertades económicas, valores morales, y conducción sensata del país, pero nuestra querida Venezuela no verá un gobierno de derecha todavía. Hay genes y antropología de izquierda parasitaria y rentista contra la cual lidiar en la naturaleza del venezolano.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump ha enfilado como ningún otro predecesor suyo en la historia, una cruzada frontal contra factores del socialismo tanto aquí en Venezuela, como en Nicaragua y Cuba. Su histórico discurso de ayer en la Universidad Internacional de Florida es un ideario de acciones en ese sentido.
Sin embargo las teorías van y vienen, nosotros tenemos claro lo que ocurre, y no caeremos en la estupidez de decir que la estrategia es ésta o aquella, no. Los egos de “decir qué es lo que pasa” los dejamos a quienes con sus “hilos” pululan en tuiter. Aquí en esta columna editorial nos dedicaremos a reflexionar.
Estamos en una semana que marcará las definiciones del escenario en Venezuela. Ciertamente no quedará en retórica ese “no hay vuelta atrás”. Los detalles como los de Trump con la madre de Oscar Pérez hablan claramente de muchas cosas además, que no resultan del agrado del status quo político venezolano.
Son momentos de definiciones, en los que más hará el coraje que la esperanza. Mientras tanto la realidad aplasta en los bolsillos, en la salud y en el estómago a los ciudadanos en Venezuela.
¡Qué tuquequismo!
El Tuqueque