Tecnología ARNm podría cambiar el mundo
Variedades COVID-19 Más

Tecnología ARNm podría cambiar el mundo

Comparte esto:

Aunque ya lleva tiempo desarrollándose, la gran mayoría no había escuchado acerca de la tecnología del ARNm hasta que comenzaron los ensayos de las vacunas contra el COVID-19.

 

La tecnología ARNm no se limitará solo a las vacunas para detener la pandemia, su potencial se extiende mucho más allá en el mundo de la medicina.

 

La tecnología de ARNm

 

El ARNm sintético, es la ingeniosa tecnología detrás de las vacunas Pfizer-BioNTech y Moderna contra el COVID-19.

 

Pero no ha surgido de la noche a la mañana, lleva ya varias décadas en estudios y ensayos.

 

En la década de 1970, un científico húngaro fue pionero en las primeras investigaciones de ARNm, y el día en que se administró la primera vacuna de ARNm autorizada en los Estados Unidos, fue el14 de diciembre de 2020.

 

El sueño del ARNm perseveró en parte porque su principio era simple: la fábrica de medicamentos más poderosa del mundo podría estar dentro de todos nosotros.

 

¿Cómo funciona la tecnología de ARNm?

 

Las personas dependen de las proteínas para casi todas las funciones corporales, el ARNm, que significa ácido ribonucleico mensajero, le dice a nuestras células qué proteínas deben producir.

 

Con el ARNm editado por humanos, teóricamente podríamos conducir nuestra maquinaria celular para producir casi cualquier proteína existente.

 

El ARNm podría producir en masa moléculas que ocurren naturalmente en el cuerpo para reparar órganos o mejorar el flujo sanguíneo.

 

También podría pedir a nuestras células que fabriquen una proteína fuera del menú, que nuestro sistema inmunológico aprendería a identificar como invasora y destruir.

 

En el caso específico del COVID-19 las vacunas de ARNm envían instrucciones detalladas a nuestras células para producir su distintiva “proteína de pico”.

 

El sistema inmunológico, al reconocer al invasor, se dirige a estas proteínas para su destrucción sin desactivar el ARNm.

 

En el futuro si nos enfrentamos al virus de nuevo, nuestros cuerpos vuelven a reconocer la proteína de pico y la atacan con la precisión de un ejército bien entrenado, reduciendo el riesgo de infección y bloqueando enfermedades graves.

 

El ARNm y la cura de muchas enfermedades

 

El ARNm llegó para quedarse, el potencial que posee esta tecnología no se limita al coronavirus, se extenderá mucho más allá de esta pandemia.

 

Ya este año científicos de Yale patentaron una tecnología similar basada en ARN para vacunar contra la malaria, una de las enfermedades más devastadoras del mundo.

 

La tecnología ARNm es tan fácil de editar que la farmacéutica estadounidense Pfizer dice que planea usarla contra la gripe estacional, que muta constantemente y mata a miles de personas en todo el mundo anualmente.

 

ARNm contra el cáncer

 

Por su lado la compañía BioNTech, está desarrollando terapias individualizadas que crearían proteínas bajo demanda asociadas con tumores específicos para enseñar al cuerpo a combatir el cáncer avanzado.

 

Para el cáncer existe la posibilidad que los científicos no diseñen una sola vacuna, en su lugar podrían crear muchos tratamientos, para cada tipo de tumor.

 

De esta manera se podría entrenar al cuerpo para atacar un tumor específico.

 

La inmunoterapia contra el cáncer de BioNTech se basa en esta idea, para cada paciente con cáncer, BioNTech toma una muestra del tumor para realizar un análisis genético.

 

La compañía diseña una vacuna de ARNm personalizada, que le dice a las células del paciente que produzcan proteínas asociadas con la mutación específica de ese tumor. El sistema inmunológico aprende a buscar y destruir células tumorales similares en todo el cuerpo.

 

Así las posibilidades de acabar con el cáncer son infinitas.

 

También en ensayos con ratones, se ha demostrado que las terapias de ARNm sintético ralentizan y revierten los efectos de la esclerosis múltiple.

 

Historia del ARNm

 

El ARNm tiene más de 40 años de estudios. En 1978, Katalin Karikó científica en el Centro de Investigaciones Biológicas en Szeged, Hungría, comenzó a trabajar en esta idea.

 

Se fue de Hungría a Estados Unidos en la década de 1980 y continuó sus ensayos, tuvieron que pasar 20 años para que Karikó y su equipo pudieran al fin tener resultados y presentarlos ante la comunidad científica.

 

En los Estados Unidos este trabajo llamó la atención de un grupo de investigadores, profesores y capitalistas de riesgo.

 

Así se inició una empresa cuyo nombre difuminaba las palabras modificado y ARN: Moderna.

 

En Alemania, Ugur Sahin y Özlem Türeci, una pareja  con experiencia en investigación de inmunoterapia, también vieron un gran potencial y fundaron varias  empresas, incluida una para investigar tratamientos contra el cáncer basados ​​en ARNm: BioNTech.

 

Para cuando el brote de coronavirus cerró la ciudad de Wuhan, China, Moderna y BioNTech habían pasado años perfeccionando su tecnología.

 

Cuando el COVID-19 se extendió por todo el mundo, Pfizer y BioNTech estaban más que preparados para redirigir su investigación sobre la influenza hacia el SARS-CoV-2.

 

Los investigadores intercambiaron la proteína de la gripe por la proteína de pico de coronavirus para crear la vacuna.

 

De esta manera el ARNm entró en la tierra prometida después de 40 años de investigación.

 

La tecnología ARNm  ha contado con el apoyo de investigadores, filántropos, organizaciones gubernamentales y empresas que se arriesgaron y lograron hacerla funcionar.

 

Sin los extenuantes esfuerzos de Katalin Karikó para hacer que la tecnología de ARNm funcionara, el mundo no tendría Moderna ni BioNTech.

 

Sin la financiación y la filantropía de los gobiernos, ambas empresas podrían haber quebrado antes de sus vacunas de 2020.

 

Sin un equipo internacional de científicos que investigara los secretos de la proteína de pico del coronavirus hace varios años, es posible que no se hubiese diseñado una vacuna para derrotarlo en el 2020.

 

El COVID-19 ayudó a posicionar esta tecnología de cara al futuro como una de las más prometedoras para ayudar al cuerpo humano a sanar por sí mismo.

 

Las posibilidades de curar enfermedades lucen ilimitadas en el mundo de la tecnología de ARNm, la pandemia de COVID-19 sirvió de precedente para seguir creando vacunas que hagan que nuestro cuerpo se logre sanar solo.

Ver también:

Viajar en pandemia COVID

 


Comparte esto: