El Nazareno de San Pablo es una de las advocaciones más emblemáticas de Jesucristo en Venezuela, venerada en Caracas desde el siglo XVII. En esta nota abordaremos la Historia del Nazareno de San Pablo, su devoción, y el significado que tiene para sus fieles devotos.
Historia del Nazareno de San Pablo
Esta talla de madera de pino de Flandes, atribuida al escultor sevillano Felipe de Ribas, representa a Jesús cargando la cruz en la séptima estación del Vía Crucis. Consagrada el 4 de julio de 1674 por fray González de Acuña, la imagen fue inicialmente custodiada en la capilla de San Pablo el Ermitaño, de donde deriva su nombre.
La tradición cuenta que la imagen llegó a Caracas en los años 1600, siendo venerada por su dramatismo y expresividad. Según una leyenda, al finalizar la talla, el escultor escuchó al Nazareno decir: “¿Dónde me has visto que tan perfecto me has hecho?”, un testimonio de su perfección artística y espiritual. Otra versión atribuye la obra a un tallista canario, José Cristiano Molinero, quien en 1641 usó madera de cedro en Carayaca, inspirado por la idea de que la imagen debía reflejar la semejanza divina sin ser idéntica.
En 1880, el presidente Antonio Guzmán Blanco, conocido por su anticlericalismo, ordenó demoler la capilla de San Pablo para construir el Teatro Municipal. La imagen fue trasladada en 1887 a la Basílica de Santa Teresa, su hogar actual, construida en honor a la esposa de Guzmán, Ana Teresa Ibarra. Este traslado marcó un hito en la historia de la devoción, consolidando al Nazareno como un símbolo de fe caraqueña.
El Milagro del Limonero del Señor en Miracielos
Una de las leyendas más queridas del Nazareno de San Pablo es la del Limonero del Señor, un milagro asociado a la esquina de Miracielos en Caracas. En 1696, la ciudad sufría una devastadora epidemia de “vómito negro” (escorbuto), traída por un barco que atracó en La Guaira. Desesperados, los feligreses sacaron la imagen en procesión rogativa. Al pasar por un huerto cerca de la capilla de San Pablo, la corona de espinas del Nazareno se enredó en un limonero, haciendo caer varios frutos al suelo.
Los devotos interpretaron esto como una señal divina. Recogieron los limones, prepararon infusiones y las dieron a los enfermos, quienes, según la tradición, sanaron milagrosamente. Este evento, conocido como el milagro del Limonero del Señor, intensificó la devoción al Nazareno y dio su nombre a la esquina de Miracielos. El poeta venezolano Andrés Eloy Blanco inmortalizó esta historia en su poema El Limonero del Señor, lamentando la desaparición del árbol con versos como: “¿Qué mano avara cortaría el limonero del Señor?”. Hoy, un limonero descendiente de aquel original crece en la Basílica de Santa Teresa como símbolo de este milagro.
Leyendas que Alimentan la Fe
Además del milagro del limonero, otras leyendas enriquecen la mística del Nazareno. Una narra que, durante la inauguración del Teatro Municipal en 1881, Guzmán Blanco, sentado en su palco, abandonó abruptamente el evento, pálido, tras supuestamente ver al Nazareno preguntarle: “¿Qué hiciste de mi templo?”. Aunque desmentida históricamente, esta historia refleja el fervor popular y la percepción de la imagen como protector de Caracas.
La historia del Nazareno de San Pablo es rica en este tipo de leyendas, pero se sabe que muchas tienen sustento. Otra creencia sostiene que el Nazareno se oscurece y se inclina más cuando el pueblo sufre, como un reflejo de su empatía con los caraqueños.
Estas narraciones que hacen la historia del Nazareno de San Pablo, junto con testimonios de milagros personales, han convertido al Nazareno en un faro de esperanza, especialmente en tiempos de crisis. Los devotos aseguran que su mirada doliente pero serena inspira fortaleza y consuelo.
La Devoción en Miércoles Santo: Un Ritual Multitudinario
Cada Miércoles Santo, la Basílica de Santa Teresa en Caracas se convierte en el epicentro de una de las manifestaciones de fe más importantes de Venezuela. Desde la medianoche, se celebran hasta 18 misas, culminando en una procesión solemne que recorre las calles de la ciudad durante tres a cuatro horas. Miles de fieles, vestidos de morado —el color de la penitencia—, acuden a venerar al Nazareno, pagar promesas o pedir favores.
La imagen, adornada con una túnica morada bordada en oro y decorada con hasta 5.000 orquídeas (la flor nacional), es cargada por 60 hombres desde la puerta de Santa Ana hasta lugares emblemáticos como la esquina de Miracielos y el Teatro Municipal. Los devotos caminan descalzos, de rodillas o portando cruces, en un acto de sacrificio y gratitud. La procesión, presidida a menudo por el cardenal Baltazar Porras, es un espectáculo de comunión, donde se entonan cánticos como el Himno al Nazareno de San Pablo (2021), compuesto por Miguel Texeira y Richard López.
La devoción trasciende fronteras, atrayendo a venezolanos de todo el país e incluso del exterior. En 2020 y 2021, debido a la pandemia, la procesión se realizó en un vehículo – el papamóvil -, pero la fe no disminuyó, con ceremonias transmitidas por redes sociales. Esto también forma parte de la historia del Nazareno de San Pablo. Este día – miércoloes santo -, los caraqueños piden por la salud, la paz y la prosperidad de Venezuela, reforzando el lazo espiritual con su Nazareno.
Significado para los Devotos: Un Símbolo de Esperanza
Para los caraqueños, el Nazareno de San Pablo es más que una imagen: es un compañero en las adversidades, un intercesor divino y un símbolo de identidad.
La historia del Nazareno de San Pablo es parte de la historia de Caracas misma. Su devoción, arraigada desde la época colonial, une a creyentes de todas las clases sociales, edades y procedencias. Como expresó una devota a Voz de América, “el Nazareno es todo: amor, esperanza y vida”. Los fieles le atribuyen milagros que van desde curaciones hasta soluciones a problemas personales, y su presencia en la Basílica de Santa Teresa es un recordatorio constante de la fe inquebrantable.
El Nazareno también refleja la resiliencia de Venezuela. La historia del Nazareno de San Pablo evoca este especial carácter. En momentos de crisis económica, política o sanitaria, los devotos acuden a él buscando consuelo y fortaleza. El historiador Mario Briceño-Iragorry describió esta devoción como un “entusiasta e ingenuo” fervor que incluso los no creyentes respetan, destacando su capacidad para movilizar a la ciudad entera. La imagen, con su cruz a cuestas, representa la aceptación del sufrimiento con dignidad, inspirando a los fieles a perseverar.
La historia del Nazareno de San Pablo es un testimonio de la fe profunda que define a Caracas. Desde su origen colonial hasta su procesión anual en Miércoles Santo, esta imagen ha acompañado a los venezolanos en sus momentos de mayor necesidad, con el milagro del Limonero del Señor como emblema de su poder.
En la Basílica de Santa Teresa, el Nazareno sigue siendo un faro de esperanza, uniendo a millones en un acto de devoción que trasciende el tiempo. Para los caraqueños, venerar al Nazareno es rendir homenaje a su historia, su cultura y su inquebrantable espíritu de fe. La historia del Nazareno de San Pablo siempre mueve corazones.
Ver también:
The mistery man la obra de arte hiperrealista que recrea el cuerpo de Jesús