La primera ministra británica Liz Truss “La Breve”, renunciò al cargo de Primer Ministro del Reino Unido a menos de dos meses después de asumirlo.
Su renuncia ocurre a causa de enormes presiones por parte de su propio partido y tras el retiro de dos de sus más cercanos colaboradores, lo que la aisló drásticamente.
En un breve discurso de renuncia frente al célebre número 10 de Downing Street, Truss dijo que le había participado al rey Carlos III su renuncia a la jefatura del Partido Conservador y, por lo tanto, a su cargo como primera ministra.
Añadió que continuaría en ejercicio hasta que se elija un nuevo líder del partido – y por ende, nuevo Primer Ministro -, lo cual se espera ocurra en los próximos días.
La molestia y la sensacón caótica en Reino Unido eran tal que los medios circulaban críticas y apostaban si Truss duraría “más que una lechuga” en el cargo, y que otros hacían comparaciones con Italia, diciendo que Reino Unido se parece cada vez más políticamente a ese país, caracterizado por su constante inestabilidad política de años recientes.
En cualquier caso se trata de una crisis sin precedentes en la historia política británica que comenzó poco tiempo de que Truss asumiera su cargo y alcanzó su momento más álgido la semana pasada, cuando destituyó a su hasta entonces ministro de Finanzas y cercano colaborador, Kwasi Kwarteng, tras la densa polémica desatada por su programa económico que causó impacto negativo en los mercados financieros e hizo que la libra esterlina se desplomara a un mínimo de 37 años frente al dólar estadounidense.
Además se sumó la renuncia de su ministra del Interior el miércoles, por incumplir el código ministerial al enviar un documento oficial desde su correo personal. Esta renuncia además estuvo cargada de amargura en sus argumentos, poniendo un toque pimientoso a la difícil situación del tambaleante gobierno de Truss.
En su carta de renuncia, Suella Braverman expresó su “preocupación” por el rumbo que estaba tomando el gobierno de Truss y denunció que se habrían “incumplido promesas clave” hechas a los votantes.
Muchos analistas coinciden en que esta última crisis está demostrando que la estabilidad política que alguna vez caracterizó al Reino Unido, ya es cosa del pasado.
Las críticas fueron muy agrias. Hubo quien dijo que ” los recortes de impuestos financiados con dinero prestado asustaron a los mercados. En lugar de una Singapur en el Támesis, estamos viendo lo que un comentarista describió como Caracas en el Támesis. En consecuencia, la primera ministra perdió su autoridad”.
Truss reconoció en su discurso de renuncia que no pudo “cumplir el mandato por el que fui elegida” por los miembros del Partido Conservador.
Ell Partido Conservador tratará de nominar a un candidato que pueda unir las diversas facciones del partido, pero el panorama no luce esperanzador, y pueden pasar semanas en estado de incertidumbre.
Truss duró sólo 44 días en el cargo, siendo la persona en el ejercicio de dicho puesto con menor tiempo en la historia política británica reciente.
Con información de la BBC.
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