La adicción a la dopamina y el impacto de las redes sociales
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La adicción a la dopamina y el impacto de las redes sociales

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Las adicción a recibir atención es real, y es un mal que crece día a día con la sobreexposición a las redes sociales. Esto tiene su explicación en el campo de la salud mental – necesidad de dopamina – y aquí abordamos la adicción a la dopamina y el impacto de las redes sociales.

La dopamina es un neurotransmisor que se produce en el cerebro y que está involucrado en el sistema de recompensa, es decir, en la motivación y el placer que sentimos al realizar ciertas actividades.

La dopamina nos ayuda a aprender, a memorizar y a buscar aquello que nos satisface. Sin embargo, cuando la dopamina se libera de forma excesiva o artificial, puede generar una adicción que nos hace depender de estímulos externos para sentirnos bien.

¿Qué relación tienen las redes sociales con la dopamina?

Las redes sociales son una fuente constante de estímulos que activan el sistema de recompensa del cerebro. Cada vez que recibimos un like, un comentario, un mensaje o una notificación, nuestro cerebro libera dopamina y experimentamos una sensación de placer y satisfacción. Esto nos hace querer repetir la conducta y buscar más interacciones sociales en línea.

Según la experta en adicciones Anna Lembke, las redes sociales son como una “hipodérmica moderna” que nos permite obtener rápidas dosis de dopamina con solo deslizar el dedo por la pantalla. Desde el inicio del milenio, las adicciones conductuales (a diferencia de las sustancias) han aumentado enormemente.

Cada segundo libre es una oportunidad para estimularnos, ya sea entrando en el vórtice de TikTok, desplazándonos por Instagram, deslizando por Tinder o consumiendo pornografía, interactuando en Twitter, o juegos de azar y hasta compras en línea.

¿Qué consecuencias tiene la adicción a la dopamina?

La adicción a la dopamina tiene efectos negativos tanto a nivel físico como psicológico. A nivel físico, el uso excesivo de las redes sociales puede provocar problemas de sueño, de visión, de postura y de salud en general. A nivel psicológico, la adicción a la dopamina puede generar ansiedad, depresión, baja autoestima, aislamiento social y pérdida de interés por otras actividades.

Además, la adicción a la dopamina puede afectar a nuestra capacidad cognitiva y creativa. Al estar constantemente expuestos a estímulos externos, nuestro cerebro necesita pensar menos y crear menos por sí mismo. Esto puede provocar una atrofia cerebral y una disminución de nuestra atención, memoria y concentración.

La adicción a la dopamina de los influencers y su impacto negativo en sus audiencias

Los influencers son personas que usan las redes sociales para crear y compartir contenido que atrae a una gran audiencia, con el fin de obtener fama, dinero o influencia. Sin embargo, este tipo de actividad puede tener un efecto perjudicial en su salud mental y en la de sus seguidores.

Como dice la experta en adicción Anna Lembke, los smartphones son como “jeringuillas modernas” que nos proporcionan “dopamina digital” con cada deslizamiento, me gusta y tuit. Las redes sociales están diseñadas para captar nuestra atención y generar una sensación de recompensa inmediata, pero también nos hacen más vulnerables al consumo compulsivo y a la insatisfacción crónica.

Lembke afirma que estamos viviendo en una “nación dopamina”, donde todos somos adictos en mayor o menor medida. Los influencers, al estar expuestos constantemente a los estímulos y las expectativas de las redes sociales, pueden desarrollar una dependencia de la dopamina que les impide disfrutar de otras fuentes de placer más naturales y equilibradas.

Además, los influencers pueden tener un impacto negativo en sus audiencias, al transmitirles una imagen distorsionada de la realidad, basada en la apariencia, el éxito y el consumo. Esto puede generar frustración, envidia, ansiedad y depresión en las personas que los siguen, especialmente en los jóvenes y los más vulnerables.

Por eso, Lembke recomienda buscar un equilibrio entre el uso de las redes sociales y otras actividades que nos aporten bienestar y sentido. También sugiere hacer “ayunos digitales” periódicos para recuperar el control sobre nuestra atención y nuestra felicidad.

 ¿Cómo prevenir o tratar la adicción a la dopamina?

La prevención y el tratamiento de la adicción a la dopamina requieren un cambio de hábitos y una conciencia crítica sobre el uso que hacemos de las redes sociales. Algunas recomendaciones a tomar en cuenta pueden ser:

  • Establecer límites de tiempo y frecuencia para el uso de las redes sociales. Por ejemplo, evitar revisar el teléfono antes de dormir o al despertar, o establecer horarios específicos para conectarse.
  • Desactivar las notificaciones innecesarias o silenciar el teléfono cuando se realizan otras actividades que requieren atención o concentración.
  • Buscar otras fuentes de placer y satisfacción que no dependan de las redes sociales. Por ejemplo, practicar algún deporte, hobby o pasatiempo, leer un libro, escuchar música o meditar.
  • Fomentar las relaciones sociales presenciales con familiares y amigos, y evitar el uso del teléfono cuando se está con ellos.
  • Buscar ayuda profesional si se siente que la adicción a la dopamina está afectando seriamente a la salud física o mental.

Las redes sociales pueden ser una herramienta útil y divertida para comunicarnos e informarnos, pero también pueden convertirse en una trampa que nos aleja de la realidad y nos hace dependientes de estímulos artificiales.

La adicción a la dopamina y el impacto de las redes sociales son un asunto de salud mental. Es importante ser conscientes del impacto que las redes sociales tienen en nuestro cerebro y en nuestra vida, y usarlas con moderación y responsabilidad.

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