Cosas que cambian al emigrar
ETQQ / 08 Nov. 2019.- Mudarse al extranjero o emigrar y comenzar de nuevo en otro país es una de las aventuras más terroríficas pero emocionantes de la vida. La vida tal como la conoce cambiará, dejará de ser un ciudadano de su país para ser un ciudadano del mundo.
Algunas cosas cambian para siempre y si está en la sintonía de entender que emigrar es cambio, usted estará bien donde sea.
El hogar al emigrar es donde está el corazón
Cuando emigre y se mude al extranjero, se unirá a un club especial: tendrá dos direcciones, dos idiomas, pasará a ser parte de dos mundos: el antiguo y el mundo del nuevo hogar. Los dos mundos irán conviertiendiose en uno, esto no depende del tiempo sino de la disposición de abrazar el nuevo entorno y hacerlo suyo.
Las despedidas al emigrar se vuelven más fáciles
Aunque casi nadie es bueno para despedirse de sus afectos, las despedidas se vuelven más fáciles. Tal vez sea porque sabe que puede reencontrarse con los seres queridos de nuevo. El que emigra tiene presente que siempre lo espera su propio hogar. No se trata de apagar temporalmente todos los órganos emocionales, solo entiende que después de un adiós siempre hay un reencuentro.
Los lazos familiares y las amistades se intensifican
Emigrar es poner una gran masa de agua o tierra entre usted y las personas que le importan, y eso es difícil. Aprenderá rápidamente quién hace todo lo posible para mantenerse en contacto, habrá gente que se distanciará, otros se acercarán. Básicamente y casi sin quererlo podrá revisar a sus allegados y descubrir a quienes conservar y a quienes no.
Los desafíos al emigrar se ven diferentes
Claro, emigrar a un país mejor tiene todas las ventajas, pero aún tendrá que pagar facturas, arreglar inodoros obstruidos y recuperarse de un resfriado desagradable. El hecho de que viva en otro país, que puede o no parecer un paraíso, no significa que los problemas se mantendrán alejados y que todo será perfecto.
La fase de luna de miel terminará, siempre y sin importar dónde se encuentre. Lo importante es superar los desafíos tomando en cuenta que son parte de la vida, de cualquier vida, no solo del que emigra.
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Sentirá culpa por un tiempo
Imagine la cara de su familia cuando intente explicar que no volverá a casa porque ya decidió vivir en otro país y que no sabe si regresará para alguna navidad o celebración importante.
Probablemente no tendrá tiempo de regresar jamás. Pero intentará viajes de culpa (así, sin juego de palabras, es culpa), buscará la manera de que viajen a verle algunos días y centrará todo en la calidad en lugar de la cantidad.
Las vidas de sus seres amados igual continuarán
Al emigrar debe tener presente que sucederán cosas emocionantes: los amigos se casarán, nacerán bebés y se organizarán fiestas etc. Es algo difícil pero usted también estará en lo suyo. Todo esto se maneja con determinación, está donde quiere estar, nunca lo olvide.
Comienza a hacer lo que hacen los locales
Poco a poco, usted se convertirá en un local. Comienza con el aprendizaje del idioma local, pero va mucho más allá de comprender las conversaciones.
Eventualmente, sabrá cuándo ir al mercado para obtener las mejores ofertas, encontrará una cafetería donde saben lo que quiere antes de que incluso ordene, y discutirá apasionadamente las noticias de el nuevo entorno. Un tiempo después de emigrar se sorprenderá “haciendo lo que hacen los lugareños”: ser parte de una nueva cultura es un sentimiento bastante increíble.
Redefinición de Hogar
Resulta difícil responder la pregunta de dónde está su hogar, ya que generalmente implica una larga explicación. Para alguien que emigra el hogar es donde está por decisión propia, donde trabaja, donde llega a descansar, donde teje sus sueños.
Estas son sólo algunas de las cosas que cambian al emigrar. Cada experiencia es única, y llevarla con foco y entusiasmo de vivirla, es lo que debe prevalecer.