FRAUDE EN VENEZUELA: El CNE declara a Nicolás Maduro como ganador de las presidenciales con el 51.20% de los votos. Maduro: 5.150.092 votos (51.20%) González Urrutia: 4.445.978 votos (44.02%).
Según los observadores internacionales que invitó el régimen y que se están alojando en el Hotel Eurobuilding, les han dicho que Maduro ganó por 600.000 votos y que los van a llevar en autobuses a Miraflores.
Sin embargo entre las reacciones más sensatas en medio de la ola de indignación, se encuentra la de Alejandro Grisanti, Director Sociod en EcoAnalítica, quien en su cuenta de Twitter expuso: “De acuerdo an Elvis Amoroso, la participación fue de 59%, lo que significa que votaron en Venezuela 12.600.000 de venezolanos. Con el 80% escrutado Nicolás Maduro supuestamente obtuvo 5.150.000 votos, Edmundo González Urrutia 4.450.000, y otro candidatos 460.000.
Es decir, la supuesta diferencia entre ambos candidatos es de 700.000 votos cuando falta por contabilizar 2.600.000 votos. Claramente la “supuesta diferencia” hasta ahora no es contundente, ni es irreversible. ”
No obstante, el fraude se ha consumado violentando toda clase de principios. No es necesario ahondar en detalles que son un hecho notorio comunicacional y que el mundo siguió en vivo y directo a través de las redes sociales durante toda la jornada del 28 de Julio.
Jefes de Estado, ex-presidentes, congresistas y personalidades del mundo político internacional se pronunciaron inmediatmente sobre el fraude ocurrido este domingo 28 de Julio de 2024.
La congresista María Elvira Salazar anunció en su cuenta de Twitter (jamás la llamaremos “X”) que El Congreso de los Estados Unidos denunciará el fraude, la Casa Blanca lo denunciará también, la Comunidad Internacional también lo hará, y que esta vez no será como en 2018.
La participación del electorado fue masiva, histórica. Más de 30 puntos de diferencia como constante a favor de Edmundo González Urrutia. Nicolás Maduro no ganó en absolutamente ninguna mesa del país. Algo inédito.
En realidad más que un fraude, lo ocurrido fue un autogolpe. La evidencia es abundante, y la comunidad internacional actuará en consecuencia.
La suerte de Venezuela luce complicada. El pueblo venezolano no necesita más comunicados ni palabras. Necesita ayuda directa en la extripación de una camarilla criminal, asesina y cobarde que pretende secuestrar todo un país, y dañar a todo un continente.
Ahora pende como espada de Damocles una ingobernabilidad garantizada. Venezuela está herida de muerte. La vía electoral nunca más será la vía.
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