El presidente ruso, Vladimir Putin, firmó el 10 de mayo una orden para iniciar el proceso de retirada de Rusia del Tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (CFE, por sus siglas en inglés), un acuerdo que limitaba el número y el despliegue de armas convencionales entre la OTAN y el antiguo Pacto de Varsovia. Rusia se retira del Tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa en un momento álgido mientras continúa su invasión a Ucrania.
Rusia se retira del Tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (CFE)
En medio de la agresión rusa a Ucrania y una clara expansión de la OTAN, el returo de Rusia del del Tratado sobre Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (CFE) no debe ser considerado una sorpresa, pero sí debe observarse como un paso previo a una escalada de tensiones que podrá desembocar más temprano que tarde, en un conflicto bélico convencional en Europa.
La orden presidencial y el papel del parlamento
La orden designa al viceministro de Relaciones Exteriores, Sergei Ryabkov, como el encargado de presentar el asunto ante el parlamento ruso para su aprobación. Se espera que la Duma Estatal y el Consejo de la Federación respalden la decisión del Kremlin.
Rusia había suspendido su participación en el tratado en 2007, alegando que la OTAN no había ratificado las modificaciones acordadas en 1999 y que había ampliado su presencia militar cerca de las fronteras rusas. Aunque Rusia seguía asistiendo a las reuniones del grupo consultivo conjunto del tratado, dejó de cumplir con sus obligaciones en 2015.
Moscú también anunció que no participaría más en las reuniones del grupo y que delegaría su representación en Bielorrusia. Sin embargo, el Ministerio de Relaciones Exteriores afirmó que Rusia seguiría dispuesta a dialogar sobre el control de armas convencionales en Europa con otros países interesados.
El tratado CFE y su importancia histórica
El tratado CFE se firmó en 1990 entre los miembros de la OTAN y el Pacto de Varsovia, con el objetivo de reducir el riesgo de una guerra convencional en Europa tras el fin de la Guerra Fría. El acuerdo establecía límites al número y al tipo de tanques, aviones, helicópteros y artillería que podían tener y desplegar los países firmantes a lo largo de la línea divisoria entre los dos bloques.
El tratado fue considerado como uno de los pilares de la seguridad y la estabilidad en Europa, al crear un equilibrio razonable y verificable entre las fuerzas armadas convencionales de ambas partes. Sin embargo, su vigencia se vio afectada por los cambios geopolíticos posteriores a la disolución de la Unión Soviética y el Pacto de Varsovia, así como por las tensiones entre Rusia y la OTAN por cuestiones como el conflicto en Ucrania o el escudo antimisiles.
Conflictividad en el horizonte europeo
La decisión de Rusia es una señal de su insatisfacción con la actual arquitectura de seguridad en Europa y su deseo de afirmar sus intereses e influencia en la región.
Algunas personas pueden pensar que la retirada de Rusia del tratado aumentará el riesgo de inestabilidad y conflicto, mientras que otras pueden argumentar que el tratado ya era obsoleto e ineficaz debido al incumplimiento previo de Rusia y la expansión de la OTAN.
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