La posibilidad de que Rusia invada Ucrania ya no es especulación de analistas en geopolítica. Es una posibilidad en proceso.
La movilización rusa sobrepasa lo 100.000 soldados acumulados a lo largo de la frontera con Ucrania, cifra que continúa creciendo, por lo que funcionarios militares y de inteligencia están analizando las últimas maniobras tácticas rusas.
Entre éstas desde un ataque cibernético dirigido a la red de energía de Ucrania, una movilización masiva de batallones y tanques de Rusia a lo largo de la frontera con Ucrania, o el avance rodeando todas las fronteras de ese país penetrando su territorio, o un ataque con misiles de largo alcance, todo es evaluado, y nada se descarta.
Las conversaciones entre los mandatarios ruso y estadounidense no han reportado ninguna mejora a la tensa e inminente situación. El Kremlin asegura que “no invadirá” y que las conversaciones se mantendrán. En la guerra se juega al engaño y a ganar tiempo.
De hecho ya esta semana Biden dijo que si Rusia y EE.UU llegan a disparar en este escenario, “el mundo ya no será como lo conocemos”. La inmensa mayoría de la población mundial está absorta en sus móviles jugando a ser imbéciles en Tik Tok, o aun aturdidos por el hastío de la infame pandemia de virus chino. Simplemente hay incredulidad y apatía, pero las maniobras rusas son reales y Rusia no puede permitirse seguir siendo el hazmerreír de la comunidad de inteligencia global por quedar siempre como un perro rabioso que ladra, pero no muerde.
De hecho la inteligencia estadounidense ha recurrido a una táctica no pocas veces usada, de “anticipar eventos” en público. EE.UU ha reducido de categoría y publicado información clasificada sobre Rusia buscando desalentar cualquier iniciativa belicista de ésta.
De momento pareciera que la estrategia ha funcionado, pero las circunstancias son más complejas que en otros momentos en los que EEUU ha recurrido a su “vieja confiable”.
Funcionarios estadounidenses contactados por CNN explicaron que las revelaciones de información fueron meticulosamente coordinadas con el objetivo de alterar la planificación rusa, mitigar la efectividad de cualquier operación de “bandera falsa” que llevaren a cabo e incluso de ser posible, disuadir la acción militar rusa.
En este sentido CNN dijo que la semana pasada, portavoces de varias agencias expusieron que EEUU tenía información de inteligencia que mostraba que Rusia planeaba publicar un video preparado en el que mostraba ataques organizados por las fuerzas de Ucrania para así generar un pretexto, un casus belli para justificar la acción militar.
En todo caso no se puede negar que ya Rusia no cuenta más con el elemento sorpresa, con el que sí contó cuando se tomó Crimea en 2014.
Rusia ha mantenido la negación como argumento constante. Toda información revelada por EEUU es negada o inmediatamente calificada como de “histeria alarmista”.
EEUU ya ha advertido esta semana, sonando como último recurso, que la invasión rusa a Ucrania “es inminente”. La evacuación de personal de la embajada ya se avanzó. Además la Casa Blanca aprobó este miércoles un plan del Pentágono para que los casi 2.000 soldados estadounidenses en Polonia ayuden a los estadounidenses que puedan intentar salir de Ucrania si Rusia invade. Resulta evidente que esta presencia forzaría un evento de enfrentamiento hostil directo, y EEUU tendría su propio casus belli contra Rusia. Lo demás sólo Dios sabe cómo terminará.
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