El régimen infame que ha destruido a Venezuela y que se mantiene “en funciones” gracias a una compleja cadena de complicidades en todos los niveles de la venezolanidad, ha tenido la ingeniosa idea de adelantar, según su entender, las festividades decembrinas en un país deshecho. No basta sólo el cinismo que ello implica, sino la absoluta falta de sentido del ridículo que detenta, por eso merece mención la ridícula navidad del régimen.
Navidad ridícula para un país deshecho
El régimen chavista anunció este jueves que la Navidad se adelantará dos meses en el país este 2020.
Como fundamento de la decisión de decretar este 15 de octubre como “inicio de la Navidad 2020”, se inventaron el no menos ridículo slogan de “Impulsamos la soberanía alimentaria”.
No se tiene claro en qué consiste la nueva movida de distracción del régimen con este asunto, pero se presume que se develará su naturaleza “de un momento a otro”.
Navidad ridícula para una economía absurda
Sumido en la peor crisis de la historia moderna, Venezuela sufre la inflación más alta del mundo y sumará su séptimo año de recesión.
El valor del bolívar es una muestra del desplome abismal, pese a la adopción de un nuevo cono monetario hace tan solo dos años, y la dolarización anárquica de la economía bajo un estado de inflación ha causado que Venezuela sea un país donde esa inflación se verifica además en divisa.
Entre enero y septiembre Venezuela acumuló una inflación del 844,1%, según cifras publicadas la semana pasada por el Banco Central (BCV) del régimen, que no publica regularmente índices “oficiales”.
La inflación en septiembre se ubicó en 27,9%, mostrando un alza ligera con respecto a agosto, que cerró con 24,7%, reconoció el BCV chavista.
Para un 2020 “inolvidable”, nada como una navidad ridícula por adelantado
El 2020 ha sido un año miserable para muchos. Una tragedia multiforme entre una pandemia originada en China, y una cuarentena nociva para la productividad de cualquier sociedad.
En Venezuela esto se añade al ya preexistente escenario de destrucción general de la economía, servicios públicos deshechos, hiperinflación, falta de gas natural, falta de gasolina, y dolarización anárquica.
Por otra parte, ante esto el parapeto que resulta el gobierno imaginario de Guaidó, insólitamente “apoyado” por EEEUU en una vergonzosa muestra de estupidez histórica, no merece mayor mención. Ese interinato es inútil de toda inutilidad.
La ridícula navidad del régimen sólo viene a servir como burla cínica a una población mermada en su moral, en su capacidad de desenvolvimiento normal, y que espera al levantamiento de la nefasta cuarentena internacional para salir en estampida de lo que una vez fue Venezuela.
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