La condena del futbolista iraní Amir Nasr Azadani no fue en la horca, como estaba planteado inicialmente, pero las protestas generalizadas alrededor del mundo obligaron a las autoridades iraníes a “suavizar” la condena.
La condena del futbolista Amir Nasr Azadani
El futbolista iraní ha sido condenado por el presunto asesinato de tres funcionarios de la ley y otros delitos en las pasadas protestas del mes de septiembre de 2022 en dicho país.
Amir Nasr Azadani ha sido condenado a 26 años de prisión por un tribunal revolucionario iraní, esta sentencia es más liviana que las aplicadas a otras tres personas acusadas de asesinato de tres Basijis (milicias islámicas), que fueron condenados a muerte.
El caso del futbolista Azadani tuvo la particularidad que se volvió viral en pleno mundial de fútbol, esto generó millones de protestas en redes sociales y se puso el ojo en la situación de injusticia que se vive en Irán.
Inicialmente había sido condenado a muerte, pero la presión mediática fue mucho más fuerte e influyó a tal punto que las autoridades iraníes se vieron en la “obligación” de rebajar la condena.
Ahora, el exjugador ha sido condenado a 16 años de prisión por participar en el asesinato de los tres Basijis, 5 años por reunirse y planear para delinquir, y 2 por pertenecer a grupos ilegales que buscaban poner en riesgo la seguridad pública.
Las condenas se ejecutarán de forma simultánea, por lo que deberá pasar mínimo 16 años en la cárcel.
En el mismo juicio, Saleh Mirhashemi, Majid Kazemi Sheikh Shabani y Saeed Yaqoubi fueron sentenciados a muerte por “moharebe” o “hacer la guerra contra Dios” por el asesinato de los Basijis en Isfahan.
Un quinto hombre, Soheil Jahangiri, ha sido condenado a dos años de prisión, y un sexto, Jaber Mirhashemi, ha sido absuelto.
Protestas en Irán
El conflicto civil y político se aceleró en septiembre tras la muerte de Mahsa Amini, mujer iraní que fue detenida por la policía moral por no usar el velo, y que luego moriría en extrañas circunstancias tres días después de su detención.
Las protestas se recrudecieron a tal punto con la muerte de Amini que las calles se llenaron de civiles exigiendo el fin de la República Islámica fundada por el ayatolá Ruholá Jomeiní en 1979.
El gobierno iraní ha reprimido violentamente estas protestas de la sociedad civil y ha acusado a más de 2.000 personas por diferentes delitos, 14 han sido condenadas a muerte y 4 han sido ejecutadas.
Esta última ronda de condenas se produce después de que las autoridades iraníes llevaran a cabo las ejecuciones de Mohammad Mehdi Karami y Mohammad Hosseini por el presunto asesinato de un Basiji.
Estas personas fueron ejecutadas en la horca, lo que despertó aún más reacciones internacionales de repudio.
Alrededor de 500 personas han muerto en las manifestaciones y 20.000 personas han sido detenidas según Human Rights.
El cambio en la condena del futbolista iraní Amir Nasr Azadani, que se produce ante el clamor de millones de personas, no hace más que confirmar que los regímenes autoritarios no están aislados y podrían tener sus días contados si cuentan con el apoyo de la comunidad internacional.
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