Luego de 4 temporadas de luchas, sarcasmos, opulencia y conflictos familiares sin fin; la familia Roy se despide por la puerta que más atravesaron: la de la traición. El capítulo final de Succession y la redención inconclusa de sus personajes nos dejó un sabor más agrio que dulce.
Succession y la redención inconclusa
La dinámica familiar y empresarial de los Roy marcó el camino de lo que sería su final. La historia contaba como el patriarca Logan Roy reconocía su propia mortalidad pero a su vez era incapaz de ceder el poder a alguno de sus hijos.
Así fueron pasando las temporadas donde los personajes se traicionaban sucesivamente unos a otros, lo cierto es que cada final de temporada que culminaba con una traición que encendía el combustible para desarrollar la venganza en la siguiente entrega.
De alguna forma todos siempre obtenían algún tipo de resarcimiento, aunque fuese momentáneo.
El capítulo final de Succession nos dejó sin esa marca personal que lo caracterizaba, no hubo redención completa para los personajes principales, y en definitiva los hermanos Kendall, Shiv y Roman se quedaron sin el emporio de su padre.
Aunque Shiv fue la causante concreta de esta situación, al votar en contra de los intereses de su familia, para ella también representará un revés tener que ver cómo lo que hasta ese día era su patrimonio familiar, va a ser guiado por el hombre que tanto humilló, su esposo Tom Wambsgans.
Kendall parecia el mas idóneo para guiar la empresa, fue el único de los hermanos Roy que trabajó a tiempo completo en Waystar, pero su afición ocasional a las drogas y su comportamiento a veces errático lo dejaron en duda, lo cual se evidenció una vez má en el momento final.
Según Logan Roy, Kendall era bueno para el cargo, pero le faltaba su espíritu asesino, de sus otros hijos nunca dijo nada, solo se limitó a manipularlos a conveniencia.
No son personas serias
La temporada final comienza con Logan dispuesto a vender la compañía al multimillonario de tecnología Lukas Mattson.
Logan prefirió vender su compañía antes que entregarla a sus hijos, solo se quedaría con su red de noticias ATN.
Parte de su estrategia era fusionar ATN con la red rival Pierce Global Media, a la que quería comprar, pero sus hijos le ganaron esa compra.
En un último intento por preservar el éxito de su negocio, Logan Roy se acerca a sus hijos para pedirles su apoyo, y ante la negativa de estos de unirse a su plan les lanza su lapidaria frase: “Los quiero, pero no son personas serias”.
De esta forma se cerraban para siempre las puertas a cualquier sucesión posible, en ese episodio se habia dejado claro que ninguno de ellos podría ostentar el título de sucesor.
Un dia despues de este encuentro, Logan Roy muere sin haber puesto en orden sus asuntos empresariales y familiares, y en medio del duelo Kendall y Roman fueron los co-CEOs de Waystar, con Shiv como “asesora”.
En esos días los tres hijos demuestran que Logan tenía razón, Roman actúa como un niño mimado, despidiendo a cualquiera que no esté de acuerdo con él.
Incluso intenta despidir a Gerri, acabando para siempre con la relación cercana que solían tener.
Kendall por su parte crea un plan secreto para acabar con el trato con Matsson y poder tomar el control.
Desde su presentación de Living Plus hasta sus interacciones con su ex, Rava, y su asistente Jess demuestran que Kendall nunca supo manejar las situaciones en desventaja.
Shiv, al sentirse renegada por sus hermanos, se acerca a Matsson y comienza a trabajar como su espía secreta. ¿Su intención? Nominarse a sí misma como la nueva CEO de la compañía.
¿Quién tomaría el control?
Ya en el final de la serie, los hermanos Roy acuerdan que Kendall sería el CEO en caso de contener la votación de venta de la empresa a Matsson y conservarla.
En este punto, Shiv ya sabe que Tom es la persona que Matsson planea nombrar como CEO, por confesión de éste, y en una decisión de último minuto Shiv vota en contra de Kendall con el pretexto de no soportar su actitud. El shock del momento es teminal.
Tal vez solo quería “ganarle” a su hermano, sin darse cuenta que ella misma estaba perdiendo todo al apostar por un hombre que sabe que la detesta.
El final nos deja a un Kendall derrotado al perder todo su propósito de vida por la traición de su hermana, pero una luz se refleja en su rostro insinuando que, tal vez, existe una esperanza para él más allá de dirigir la empresa de su padre.
Succession fue una serie magnífica muy bien escrita y dirigida, con actuaciones de gran nivel por parte de Brian Cox, Jeremy Strong, Kieran Culkin, Sarah Snook y Mathew Macfadyen, entre otros, nadie lo pone en duda.
Los cierres son la cereza del pastel, la característica principal de la trama era un círculo vicioso de traiciones sin fin, y fiel a su esencia concluyó de esa manera.
Hasta los últimos minutos nos hicieron creer que Kendall sería el sucesor, y se podía sentir que estaban haciendo algo diferente, le estaban dando una redención a los personajes que hubiese sido un magnífico final para cerrar el ciclo de la familia Roy. Pero no terminó así.
Luego del desenlace final toca imaginar que la dinámica familiar de los Roy seguirá inalterable, y tal vez lo único que hicieron fue bajarnos de ese loop exquisito de peleas, desencuentros, ironías, traición y manipulación que bien valían una quinta temporada. Pero así fue el final de Succession y la redención inconclusa.
Si bien el final de una serie como Succession pudo ser abrumadoramente mejor, y vaya que quedaron en el aire argumentos para ello, no se podrá negar que como serie fue una pieza exquista de humor negro, guión y actuaciones geniales, dirección formidable, detalles y estilo de producción incomparables.
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