La reina Isabel II ha muerto a sus 96 años de edad, luego de dirigir el Reino Unido durante 70 largos años.
La reina Isabel II ha muerto
La monarca representó la figura más firme, constante y tranquilizadora del Reino Unido, ya que ayudó a guiar a su país durante momentos de cambios radicales en la historia en la segunda mitad del siglo XX.
La reina Isabel II murió este jueves 8 de septiembre en el Castillo de Balmoral, su propiedad en las Tierras Altas de Escocia.
Su muerte, por causas aún desconocidas, fue anunciada por el Palacio de Buckingham, según el protocolo activado llamado operación London Bridge.
Su hijo y heredero directo en la línea sucesoral, Carlos, asumirá su lugar. En la línea de sucesión es el primero, aunque no el más querido, pero así lo ha dispuesto la reina y el protocolo mucho antes de morir.
Su última gran acción constitucional se produjo justo esta semana, el martes 6 de septiembre, cuando aceptó la renuncia del primer ministro Boris Johnson y recibió a su sucesora, Liz Truss.
Reinado de la reina Isabel II
El reinado de la reina Isabel II, inició en febrero de 1952 luego de asumir por la muerte de su padre, el rey Jorge VI.
Su larga estadía en el poder estuvo llena, la mayor parte del tiempo, de calma, seriedad, pragmatismo y un alto sentido del deber, ganándose el respeto de los británicos y del mundo entero.
La monarquía que dirigía la reina Isabel II se remonta al menos al siglo X con el rey Athelstan.
En 2015, rompió un récord superando al gobierno de 63 años de su tatarabuela, la reina Victoria, hito que parece difícil de igualar.
Pero la reina Victoria se retiró de sus deberes reales después de la muerte de su esposo, el príncipe Alberto, Isabel, sin embargo jamás se detuvo, solo la muerte la sacó del poder.
Su característico comportamiento severo, constitución de hierro y su don para saber leer y enfrentar las situaciones difíciles la hicieron una monarca inteligente y comprometida con sus deberes reales, como pocos.
Cuando era princesa realizó una gira con sus padres en Sudáfrica, y dijo a los británicos en todo el mundo: “Declaro ante todos ustedes que toda mi vida, ya sea larga o corta, estará dedicada a su servicio. y al servicio de nuestra gran familia imperial a la que todos pertenecemos”.
Y lo cumplió, y vaya de que manera, su servicio como reina se puede catalogar como magistral, coincidió con 15 primeros ministros británicos, 14 presidentes de Estados Unidos y siete papas.
También como gobernadora suprema de la Iglesia de Inglaterra, Isabel nombró a seis arzobispos de Canterbury.
Vida de la reina Isabel II
Elizabeth Alexandra Mary Windsor nació el 21 de abril de 1926 en la casa de sus abuelos maternos en el distrito londinense de Mayfair.
Su madre, también llamada Elizabeth, pertenecía a la aristocracia escocesa. Su padre, Albert, duque de York, fue el segundo hijo del rey Jorge V.
Desde muy niña fue instruida en historia británica, le enseñaron a conducir un carruaje y a montar a caballo, una habilidad necesaria más adelante cuando pasara revista a sus tropas.
Durante la Segunda Guerra Mundial, que terminó cuando Isabel tenía 19 años, ella permaneció en Inglaterra y se unió al ejército.
A esa edad ya había encontrado al compañero de su vida, el príncipe Felipe, también tataranieto de la reina Victoria.
Se casaron el 20 de noviembre de 1947, en plena época de la posguerra, esta unión representó lo que Winston Churchill llamó “un destello de color en el duro camino por recorrer”.
Isabel y Felipe tuvieron cuatro hijos, el príncipe Carlos (1948), la princesa Ana (1950), el príncipe Andrés (1960) y el príncipe Eduardo (1964).
En el invierno de 1952, el padre de Isabel, el rey Jorge VI, murió víctima de un cáncer a la edad temprana edad de 56 años.
La coronación de Isabel II se realizó en la Abadía de Westminster el 2 de junio de 1953.
Como jefa de estado, la reina tuvo un importante papel asesor con los primeros ministros, mismos que viajaban todos los martes desde Downing Street hasta el Palacio de Buckingham para realizar audiencias.
En esas sesiones, la reina brindaba al primer ministro de turno consejos confidenciales desde su perspectiva única de la vida nacional y el conocimiento de los líderes y diplomáticos del mundo.
La reina tuvo que enfrentar situaciones familiares difíciles que atentaron contra la popularidad de la familia real a medida que los medios ponían al descubierto sus conflictos.
De hecho el problema más serio que tuvo la reina Isabel II no fue político, fue familiar: la muerte de la ex esposa de su primogénito Carlos, la princesa Diana.
En 1997 muere en un accidente automovilístico la princesa Diana, y la ira pública por la vacilante respuesta de la reina ante el dolor que sentían por la pérdida de Diana hizo estragos en la monarquía.
Pero la reina se recuperó de ese gran escollo, rápidamente leyó el sentir del pueblo británico y decidió tomar acciones inmediatamente.
En un giro inesperado se le vio caminando afuera del palacio de Buckingham, que se encontraba repleto de flores, velas, recuerdos y miles de personas llorando desconsoladas por la muerte de Diana.
Este gesto de respeto por el dolor de los británicos la acercó a ellos y terminó de borrar la mala imagen que algunos fanáticos de Diana tenían sobre la reina.
Ya para el momento de su Jubileo de Diamante en 2012, la reina Isabel contaba con un índice de aprobación del 90%.
La despedida en vida después de 70 años de reinado
En el momento de su jubileo de platino en 2022, que celebró sus 70 años como reina, recibió un reconocimiento compartido de que el reinado casi había acabado.
También le tocó despedir a su amado esposo en 2021, y su imagen vestida de negro representó para los británicos el inicio de su final.
Y así sucedió, los meses dejaron ver a una reina marcada por una fragilidad cada vez mayor, estuvo hospitalizada por motivos desconocidos y también sufrió una infección por covid.
Su vida pública estuvo definida por su alto sentido del deber, desde asuntos triviales y simbólicos que requerían su presencia, hasta la apertura del Parlamento o la celebración de una cena de estado.
Su papel como reina fue casi todo en su vida, el respeto que consiguió por su incansable dedicación al trabajo también definió a toda la monarquía, a pesar de sus escándalos.
A diferencia de su familia y de sus hijos, incluido Carlos, la reina Isabel II mantuvo intacta su vida personal y evitó el escándalo privado y la controversia pública.
La reina Isabel II jamás se aferró al poder por el poder, sino al deber, esa es la mejor definición de su legado.
Una de las más grandes hazañas de sus años en el poder fue su capacidad de ser tan obediente y entregada durante tanto tiempo sin revelar su ser interior.
De todas las figuras públicas del mundo, ella fue la más inigualablemente reservada, su carácter la hizo inmensa.
La reina nunca concedió entrevistas, tampoco publicó sus diarios ni entró en diatribas políticas.
En su libro “The Real Elizabeth”, el periodista e historiador Andrew Marr escribió: “Su visión de su papel ha sido que ella es un símbolo, y que es mejor que los símbolos se mantengan mayormente en silencio”.
Aunque su entorno estaba lleno de conflictos, sus hijos, su nieto Harry y otros asuntos familiares, ella nunca claudicó en su esencia.
Hasta el final de su vida tuvo que lidiar con la perdida de su alma gemela, el príncipe Felipe, después de 73 años de matrimonio, y con la caída en desgracia de su hijo el príncipe Andrés, acusado de conducta sexual inapropiada.
Pero sin embargo, durante la mayor parte de su reinado, la reina fue hábil para no dejarse arrastrar por ninguna circunstancia, y siempre se subordinó a su papel de una manera intachable.
Isabel II será recordada como la reina que mas tiempo estuvo enfrente de la monarquía Británica, su vida de servicio ha sido inigualable y su vida tanto dentro como fuera del ojo público la convierten en un icono que desde ya luce irremplazable.
Ver también:
Operación London Bridge el protocolo a activarse en caso de fallecer la Reina Isabel II