La situación geopolítica actual refleja una escalada de tensiones entre Rusia y Estados Unidos, especialmente en el contexto de la crisis en Ucrania. Aunque los líderes de ambas naciones no han declarado formalmente una enemistad, las acciones y declaraciones recientes sugieren un deterioro significativo en las relaciones.
Camino de sanciones
Estados Unidos, junto con sus aliados de la OTAN, ha impuesto sanciones económicas severas contra Rusia y ha proporcionado apoyo militar a Ucrania. Recientemente, Joe Biden, ha autorizado a Ucrania a utilizar armamento estadounidense para defender la ciudad de Járkov, lo que marca un cambio significativo en la política estadounidense desde el inicio del conflicto.
Además, se ha revocado el estatus de socio comercial preferente de Rusia, lo que permite a Estados Unidos establecer nuevos aranceles a una amplia gama de productos rusos.
Estas medidas han llevado a una respuesta por parte de Rusia, que ha advertido sobre las graves consecuencias que podrían surgir si Ucrania utiliza armas occidentales para atacar territorio ruso.
La situación es compleja y dinámica, con implicaciones que van más allá de la región ucraniana y que afectan la estabilidad y seguridad internacional a corto y mediano plazo.
La situación OTAN-EE.UU vs Rusia en territorio ucraniano, se agrava
Las Fuerzas Armadas Ucranias han comenzado a emplear armamento de la OTAN contra objetivos en territorio ruso. El 1ro de junio, cohetes de corta distancia disparados desde una lanzadera estadounidense Himars destruyeron al menos una batería de defensa antiaérea rusa a 32 kilómetros de territorio ucraniano.
Estados Unidos exige a Rusia retirar sus tropas de la frontera con Ucrania
mientras el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, instó a su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, a elegir la paz en lugar de la guerra
Sin embargo las tensiones no ocurren en un marco auspicioso para los EE.UU. que está reduciendo su presencia en Oriente Medio como parte de una tendencia global de replegarse internacionalmente. Esto se refleja en choques con socios de la OTAN, abandonando acuerdos internacionales y enfrentamientos comerciales con otras potencias.
En respuesta a los ataques con misiles desde Ucrania, Rusia confirmó haber bombardeado instalaciones de energía ucranianas, así como “complejos militares” y nodos ferroviarios. Esto se considera una “respuesta” a los ataques contra las regiones fronterizas rusas.
También lanzó un ataque a gran escala contra Ucrania utilizando misiles y drones. La Fuerza Aérea ucraniana logró derribar varios misiles y drones, pero la tensión sigue en aumento.
Rusia ha utilizado misiles para mostrar a su población que está tomando medidas. Algunos de los ataques recientes pueden ser una reacción a los ataques dentro de Rusia que Moscú atribuye a Ucrania.
Ejercicios navales en Cuba y Venezuela
Se espera que en las próximas semanas lleguen al Caribe buques de guerra y aviones rusos para realizar un ejercicio militar. En el ejercicio participarán un “puñado” de barcos y buques de apoyo rusos.
El ejercicio es parte de una respuesta más amplia de Rusia al apoyo de Estados Unidos a Ucrania. También es un esfuerzo de Putin para demostrar que su armada todavía es capaz de proyectar su poder global después de perder varios barcos en ataques ucranianos.
En ese sentido, Rusia ha desplegado en Cuba el Kazán, un submarino de ataque de propulsión nuclear de última generación clase Yasen, como parte de un grupo naval que visitará el puerto de La Habana del 12 al 17 de junio.
El Kazán es parte de una nueva clase de buques destinados a reemplazar a los envejecidos submarinos nucleares rusos de la era soviética. Es capaz de transportar y disparar misiles de crucero nucleares.
Una muestra de rugir de dientes sin mayores consecuencias, es lo que divisamos pareciera ser esta supuesta tensión entre Rusia y EE.UU.
Rusia ha subrayado que no atacaría objetivos dentro de países de la OTAN en ningún caso, sin embargo en el Arte de la Guerra, el engaño es el Rey de las maniobras.
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