Con la crisis desatada por el Covid-19, la teoría de la inmunidad colectiva o “inmunidad de rebaño” ha estado en la palestra como la esperanza contra la pandemia.
Esta teoría se sostiene en la idea de que un número suficiente de personas eventualmente desarrollará anticuerpos para detener la propagación del virus y de esta forma se reduciría la pandemia.
En la inmunidad colectiva la clave es la palabra “manada”. Un rebaño puede protegerse contra una enfermedad permitiendo que un patógeno se propague dentro de él, matando a algunos pero dejando a los sobrevivientes resistentes a la infección.
Se puede lograr el mismo resultado, a menor costo en vidas, al vacunar un porcentaje suficiente del rebaño.
Para poner un ejemplo, si el 70% de los perros domésticos son vacunados contra la rabia, el rebaño canino mundial estará protegido y de esta forma las mordeduras de perros no transmitirían este virus letal a los humanos.
En el caso del Covid-19 se necesita una tasa de infección del 65% al 70% para proteger al resto de nuestra manada humana.
Para que un país como los EE.UU. logre la inmunidad colectiva, dos tercios de la población deben volverse resistentes al virus. De esta manera la epidemia pasaría de catástrofe mundial de contagios a solo incidentes aislados.
Pero siempre existe la otra cara de la moneda; permitir la infección de unos 200 millones de estadounidenses significaría más de 1 millón de muertes, un costo moralmente reprobable.
Un resultado positivo en pruebas de anticuerpos no garantiza la inmunidad protectora; los anticuerpos detectados pueden no ser lo suficientemente fuertes como para combatir el virus.
Aunque suene paradójico, las respuestas de anticuerpos más fuertes fueron observadas en los pacientes más enfermos.
Las personas con Covid-19 que se mostraron asintomáticas o con síntomas leves desarrollan respuestas de anticuerpos más débiles.
Se cree erróneamente que alguien que se recupere muy rápido o tiene síntomas leves de coronavirus posee anticuerpos fuertes que vencen la enfermedad.
Se desconoce si las respuestas de anticuerpos más débiles son protectoras contra la re-infección, y todavía no se sabe como se activa la inmunidad de las células T.
La cuestión clave es la duración: ¿cuánto dura la inmunidad por Covid-19?
Debido a la novedad del virus ningún estudio ha rastreado las respuestas inmunitarias en personas más allá de tres meses.
Los resultados aún no son concluyentes. En Nueva York, los científicos dicen que las personas todavía parecen ser inmunes después de tres meses.
Sin embargo un estudio de Londres vio que la inmunidad disminuía durante ese período, y en el distrito chino de Wanzhou, el 40% de las personas con infección asintomática y el 12.9% de los casos de Covid-19 se volvieron negativos para los anticuerpos.
Este descubrimiento no debería sorprendernos. La inmunidad a los coronavirus relacionados que causan resfriados comunes disminuye después de aproximadamente un año, por lo que las personas pueden contraer resfriados una y otra vez.
Es por esto que el mundo necesita una vacuna que genere anticuerpos.
Existen muchos avances en ese sentido y están trabajando en hacerlas lo más seguras posible, porque aún es muy pronto para saber la duración de la protección.
Es bastante probable que la inmunidad a las primeras vacunas Covid-19 aprobadas disminuya con el tiempo, lo que requerirá inyecciones de refuerzo.
Por supuesto, una vacuna solo puede dar inmunidad colectiva si se usa ampliamente. Y las encuestas de opinión muestran que muchos ciudadanos estadounidenses ya han decidido rechazar una vacuna contra el Covid-19.
Para aumentar la confianza, es esencial que las vacunas se aprueben solo después de que sea demostrada la eficacia y la seguridad rigurosamente.
Cualquier intervención política apresurada por el año electoral que comprometa las evaluaciones de seguridad, podría hacer que la inmunización colectiva sea imposible al fomentar la desconfianza pública.
Como lo expresaron economistas prominentes en cuanto al aspecto meramente económico, “La recuperación económica absoluta se basa en la erradicación de COVID-19.”
Este coronavirus no desaparecerá por si solo mientras el comportamiento humano permita que se propague dentro del rebaño.
Si se logra la tan ansiada y duradera inmunidad en masa esto permitiría que la economía mundial regresara a lo que era en 2019, el mundo continuaría y dejaría de estar paralizado.
Lo cierto es que la inmunidad colectiva es la esperanza contra el Covid-19.
Hasta que una vacuna o vacunas múltiples se desarrollen y utilicen a escala global para conferir inmunidad colectiva, los seres humanos deben ejercer el libre albedrío para protegerse a sí mismos y al resto del rebaño humano usando máscaras, distanciamiento social y buen sentido común a la antigua.
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