El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, afirmó que su país no busca un cambio en el statu quo de la isla ni apoya su independencia, tras su visita a China, donde se reunió con el presidente Xi Jinping y otros altos funcionarios. Así EE.UU. reitera que no apoya la independencia de Taiwán tras visita de Secretario de Estado a China.
Un viaje para limar tensiones
Blinken viajó a China el pasado fin de semana, en la primera visita de un titular de Exteriores de su país en cinco años, con el objetivo de limar asperezas y según analistas, intentar evitar un posible conflicto bélico por Taiwán, una isla que se gobierna de forma autónoma desde 1949, pero que Pekín reclama como parte de su territorio.
Durante su estancia en China, Blinken se reunió con el presidente Xi Jinping, el ministro de Exteriores, Qin Gang, y el jefe de la Comisión de Asuntos Exteriores del Partido Comunista de China (PCCh), Wang Yi, con quienes abordó temas de interés mutuo de ambos países.
Blinken calificó su visita de “positiva” y dijo que logró establecer canales directos de comunicación con las autoridades chinas, aunque reconoció que persisten las diferencias y los desacuerdos entre ambos países.
EE.UU. reitera que no apoya la independencia de Taiwán: Una declaración polémica
Uno de los temas más espinosos fue el de Taiwán, sobre el que Blinken reiteró la postura oficial de EE.UU., que se opone a cualquier cambio unilateral del statu quo por cualquiera de las partes y espera una resolución pacífica de las diferencias.
Sin embargo, lo que causó más revuelo fue su declaración de que EE.UU. no apoya la independencia de Taiwán, una frase que fue interpretada por algunos medios y analistas como una concesión a China o una traición a la isla.
Blinken explicó que su afirmación no supone ningún cambio en la política estadounidense hacia Taiwán, que se basa en la Ley de Relaciones con Taiwán de 1979 y en los tres comunicados conjuntos firmados con China entre 1972 y 1982.
“Seguimos oponiéndonos a cualquier cambio unilateral del ‘statu quo’ por cualquiera de las partes y seguimos esperando la resolución pacífica de las diferencias”, afirmó el responsable de la diplomacia estadounidense.
Según estos documentos, EE.UU. reconoce a China como el único gobierno legítimo del país y mantiene relaciones no oficiales con Taiwán, al que provee de armas para su defensa propia. Además, EE.UU. se opone a cualquier intento de resolver el asunto por la fuerza o mediante acciones unilaterales.
Una advertencia a China
Blinken también aprovechó para criticar las acciones provocadoras de China en el estrecho y en el mar Meridional de China, donde ha incrementado su actividad militar y sus reclamaciones territoriales.
El secretario de Estado advirtió que un posible conflicto entre China y Taiwán tendría graves consecuencias para todos los países del mundo, causando una crisis económica y humanitaria.
Blinken dijo que EE.UU. seguirá defendiendo sus valores e intereses frente a China, pero también buscará áreas de cooperación cuando sea posible.
Una relación compleja
La visita de Blinken se produce en un momento de alta tensión entre EE.UU. y China, marcado por las disputas comerciales, tecnológicas, diplomáticas y militares.
La relación se deterioró aún más durante la presidencia de Donald Trump, quien impuso aranceles a las importaciones chinas, sancionó a empresas y funcionarios chinos, culpó a China por la pandemia de COVID-19 y aumentó su apoyo a Taiwán.
Con la llegada al poder de Joe Biden, se esperaba una cierta distensión entre las dos potencias, pero hasta ahora no se han producido avances significativos ni gestos conciliadores.
EE.UU. reitera que no apoya la independencia de Taiwán, sin embargo la visita de Blinken podría ser un primer paso para mejorar el diálogo y la confianza entre ambos países, aunque también deja claro que hay muchos obstáculos y desafíos por delante.
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