En un acontecimiento sin precedentes, este viernes se formalizó un histórico acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán, en Washington, donde los líderes de ambas naciones firmaron una declaración conjunta en la Casa Blanca, poniendo fin a más de tres décadas de conflicto en el Cáucaso Sur.
La ceremonia, presidida por el presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, significa un hito diplomático que promete transformar las relaciones entre ambas naciones y fomentar la estabilidad regional. El acuerdo aborda disputas territoriales, establece relaciones diplomáticas plenas y crea un corredor de transporte estratégico, bautizado como el “Trump Route for International Peace and Prosperity” (TRIPP).
Raíces del conflicto en Nagorno-Karabaj
El conflicto entre Armenia y Azerbaiyán se originó en la década de 1980, centrado en Nagorno-Karabaj, un enclave de mayoría armenia dentro de Azerbaiyán. Tras la desintegración de la Unión Soviética, la primera guerra (1991-1994) dejó más de 30,000 muertos y un millón de desplazados.
El alto el fuego de 1994 no resolvió las tensiones, y los enfrentamientos continuaron, con una escalada en 2020 que culminó en 2023 con la recuperación total de Nagorno-Karabaj por Azerbaiyán, desencadenando el éxodo de casi 100,000 armenios. Según *Eurasianet*, los esfuerzos del Grupo de Minsk de la OSCE no lograron una solución duradera, y la demanda de Azerbaiyán por un corredor hacia Najicheván fue un obstáculo clave.
A lo largo de los años, los esfuerzos internacionales de mediación, liderados principalmente por el Grupo de Minsk de la OSCE (co-presidido por Rusia, Francia y Estados Unidos), no lograron una resolución definitiva. La insistencia de Azerbaiyán en un corredor terrestre hacia su exclave de Najicheván, separado por territorio armenio, fue un obstáculo recurrente, ya que Armenia veía en ello una amenaza a su soberanía.
Detalles del acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán
La declaración contentiva del acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán, firmada por el presidente Ilham Aliyev y el primer ministro Nikol Pashinyan, incluye el cese permanente de hostilidades, el reconocimiento mutuo de la integridad territorial y la disolución del Grupo de Minsk, según reportó Radio Free Europe/Radio Liberty. Además, se establece el “Trump Route”, un corredor de 32 kilómetros a través de Armenia que conectará Azerbaiyán con Najicheván.
Un elemento central del acuerdo es precisamente la creación del “Trump Route for International Peace and Prosperity” (TRIPP), un corredor de transporte que conectará Azerbaiyán con su exclave de Najicheván a través de un tramo de 32 kilómetros en territorio armenio. Este corredor, que incluirá líneas de ferrocarril, oleoductos, gasoductos y fibra óptica, será desarrollado bajo supervisión estadounidense, con derechos exclusivos otorgados a Estados Unidos por 99 años.
Armenia, a cambio, asegurará beneficios recíprocos para su conectividad internacional, facilitando el acceso sin necesidad de pasar por Georgia o Irán. El “Trump Route” no solo busca resolver una de las principales disputas entre ambos países, sino que también promete transformar el Cáucaso Sur en un centro de comercio y energía, conectando a Europa, Rusia, Turquía e Irán.
Según funcionarios estadounidenses, al menos nueve empresas, incluidas tres estadounidenses, ya han mostrado interés en desarrollar el corredor, lo que podría generar oportunidades económicas significativas para la región y para los intereses estadounidenses. Además, ambos países firmaron acuerdos bilaterales con Estados Unidos para fortalecer la cooperación en energía, tecnología y comercio, incluyendo la inteligencia artificial.
Estas iniciativas buscan desbloquear el potencial económico del Cáucaso Sur y consolidar la influencia estadounidense en una región donde Rusia ha perdido terreno desde su invasión a Ucrania en 2022.
El presidente Trump destacó que este acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán pone fin a “35 años de lucha” y aseguró que ambas naciones “serán amigas por mucho tiempo”. Aliyev elogió el liderazgo de Trump, afirmando que “en pocos meses logró lo que no se consiguió en más de 30 años”, mientras que Pashinyan calificó el acuerdo como “un hito significativo” para escribir “una mejor historia” para ambos países.
Implicaciones geopolíticas
El acuerdo tiene profundas implicaciones geopolíticas, especialmente en el contexto de la disminución de la influencia rusa en el Cáucaso Sur. Durante décadas, Moscú desempeñó un papel de mediador, pero su posición se debilitó tras no intervenir en la ofensiva azerbaiyana de 2023, lo que alejó a Armenia de Rusia y la acercó a Occidente.
Azerbaiyán, por su parte, ha adoptado una postura más independiente frente a Moscú, fortalecida por su victoria en Nagorno-Karabaj. Sin embargo, el acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán no está exento de críticas. Organizaciones como el Armenian National Committee of America han expresado preocupación por la falta de disposiciones específicas para abordar el desplazamiento de armenios de Nagorno-Karabaj y la situación de los prisioneros de guerra. Además, grupos de derechos humanos, como Freedom Now, han instado a la administración Trump a presionar a Azerbaiyán por la liberación de unos 375 presos políticos, un tema que permanece sin resolución.
Hacia un futuro de reconciliación
Este acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán marca un nuevo capítulo para el Cáucaso Sur, con potencial para transformar la región en un centro de comercio y estabilidad. La normalización de relaciones, respaldada por la mediación estadounidense, proyecta estabilidad tras décadas de conflicto.
Sin embargo, el éxito dependerá de la implementación efectiva y la resolución de cuestiones humanitarias pendientes. Como afirmó Pashinyan, citado por Reuters, “este es un paso hacia una historia mejor”. Con el “Trump Route” y los compromisos bilaterales, este acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán brinda la oportunidad de construir un futuro de cooperación, dejando atrás un pasado de hostilidad que era necesario superar.
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