La derecha en Italia ha ganado limpiamente y sin equívocos las elecciones de este domingo, colocando además por primera vez en la historia del país mediteráneo a una mujer al frente del gobierno: Giorgia Meloni.
“Listos” ha sido el lema de la campaña de un partido que hace 4 años no pasó del 4% de los votos totales.
“Hoy puedes ayudar a escribir historia”, escribió Meloni en su perfil de Twitter. La líder de Hermanos de Italia, una formación surgida como separación del grupo de centro-derecha de Silvio Berlusconi y que en apenas diez años ha pasado de ser una anécdota nacionalista, ultraconservadora y antieuropea a posicionarse como favorita, ahora es la primera mujer en asumir el gobierno italiano.
El frente de izquierdas finalmente ha quedado desdibujado con Europa Verde, Izquierda Italiana y Compromiso Cívico, y queda con cero chance de ejercer presión.
En estos comicios se elegirá a 600 parlamentarios, lo que supone un importante recorte frente a los 945 actuales (630 y 315) adoptado en una reforma aprobada en referéndum y 2,7 millones de jóvenes tendrán la posibilidad de votar por primera vez.
A Meloni, nacida en Roma en 1977, se le acusa de ser una provocadora. Nacionalista, sus posturas políticas enfatizan las posiciones contra la inmigración y la protección de Italia contra la «islamización». Ella se presenta como defensora de valores familiares tradicionales, pilares de la auténtica identidad nacional italiana.
Su actitud intransigente movió a muchos italianos frustrados que, después de siete gobiernos en 11 años tumultuosos, la consideran como la única opción política.
Su decisión de permanecer firmemente en la oposición al negarse a apoyar al gobierno saliente del primer ministro Mario Draghi, a diferencia de sus aliados de la coalición, incluidos Matteo Salvini y Silvio Berlusconi, le dio aún más popularidad, misma que capitalizó finalmente con el resultado obtenido este domingo.
“Si se nos llama a gobernar esta nación, lo haremos para todos, lo haremos para todos los italianos, y lo haremos con el objetivo de unir a la gente (de este país)”, dijo Meloni, en declaraciones desde la sede de su partido en Roma.
“Italia nos eligió”, añadió. “No traicionaremos (al país), como nunca lo hemos hecho”.
La sólida victoria de Meloni alentó a sus aliados en el continente, que están determinados a inclinar las políticas de la Unión Europea hacia la derecha.
Meloni ahora deberá procurar formar gobierno en un eje de alianzas que puede resultar bastante complicado, y en un contexto europeo bastante delicado que augura no pocas tensiones.
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