El mundo de la música llora hoy la pérdida de John Michael “Ozzy” Osbourne, el legendario vocalista de Black Sabbath y pionero del heavy metal, quien falleció esta mañana a los 76 años en su natal Birmingham, Inglaterra, rodeado de su familia y “envuelto en amor”, según un comunicado oficial. Apenas dos semanas después de su emotivo concierto de despedida, el “Back to the Beginning”, Ozzy deja un legado imborrable en la música, la cultura popular y los corazones de millones de fans en todo el orbe. Adiós Ozzy Osbourne.
Un hijo de Birmingham que conquistó el mundo
Nacido el 3 de diciembre de 1948 en Aston, Birmingham, en el seno de una familia trabajadora, Ozzy creció en un entorno humilde, marcado por la pobreza y las dificultades. Cuarto de seis hermanos, abandonó la escuela a los 15 años debido a su dislexia y trabajó en empleos precarios, desde matadero hasta pruebas de bocinas de autos, e incluso pasó un breve tiempo en prisión por robo. Sin embargo, su destino cambió al unirse a Geezer Butler, Tony Iommi y Bill Ward para formar Black Sabbath en 1968. Con su voz inquietante y su presencia escénica única, Osbourne ayudó a forjar un sonido que definiría un género: el heavy metal.
Una carrera solista que desafió las expectativas
Tras su salida de Black Sabbath, Ozzy resurgió como solista con Blizzard of Ozz (1980), un álbum que, con clásicos como “Crazy Train”, se convirtió en un pilar del rock. Con la guía de su esposa y mánager, Sharon Osbourne, lanzó 13 álbumes de estudio, siete de los cuales lograron certificaciones multiplatino en Estados Unidos.
Canciones como “No More Tears” y “Mama, I’m Coming Home” mostraron su versatilidad, mientras que su colaboración con guitarristas como Randy Rhoads y Zakk Wylde elevó su estatus a leyenda. En 2024, fue inducido al Salón de la Fama del Rock and Roll como solista, sumándose a su ingreso con Black Sabbath en 2006.
La batalla contra la enfermedad y el espíritu indomable
Ozzy enfrentó serios problemas de salud en las últimas dos décadas. En 2003, un accidente en cuatrimoto le dejó múltiples fracturas y lo llevó a un coma de ocho días. En 2019, una caída en su casa de Los Ángeles requirió cirugía de cuello, y en 2020 reveló su diagnóstico de Parkinson, una enfermedad que, aunque descrita inicialmente como “leve”, afectó gravemente su movilidad. En mayo de 2025, confesó al Guardian: “Tengo más metal en mí que un depósito de chatarra”.
A pesar de no poder caminar, su voz permaneció intacta, y su determinación lo llevó a prepararse durante semanas para su concierto final, donde cantó desde un trono adornado con murciélagos. “Si Dios quiere que haga el show, lo haré”, dijo en SiriusXM’s Ozzy Speaks. Su valentía inspiró a muchos, y organizaciones como Parkinson’s UK destacaron cómo normalizó las conversaciones sobre esta enfermedad.
“The Osbournes” y el impacto en la cultura pop
En 2002, Ozzy trascendió la música para convertirse en una estrella de la televisión con The Osbournes, el reality de MTV que mostró su vida caótica pero entrañable junto a Sharon y sus hijos Kelly y Jack.
El programa, que ganó un Emmy, reveló al mundo a un Ozzy vulnerable, gracioso y desconcertado por la vida familiar, rompiendo con su imagen de “Príncipe de las Tinieblas”. Con 52 episodios, redefinió la televisión de realidad y abrió el camino para programas similares. Su hija Kelly señaló en 2019: “No teníamos idea de que sería tan exitoso. Fue un momento mágico”. Además, Ozzy tuvo cameos en películas como Austin Powers in Goldmember y series como South Park, consolidando su presencia en la cultura pop.
El adiós en “Back to the Beginning”
El 5 de julio de 2025, Villa Park en Birmingham vibró con el concierto “Back to the Beginning”, un evento benéfico que recaudó 190 millones de dólares y marcó la despedida de Ozzy y Black Sabbath. Acompañado por Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward, Ozzy interpretó cinco canciones solistas y cuatro de Sabbath, incluyendo “Paranoid” y “Iron Man”, desde su trono.
El espectáculo contó con actuaciones de Metallica, Guns N’ Roses, Slayer y otros gigantes del metal, en un homenaje a su legado. “No tienen idea de lo que siento. Gracias desde el fondo de mi corazón”, dijo Ozzy a los 42,000 asistentes. Sharon, quien ideó el evento para darle un propósito en sus últimos días, lo describió como “una celebración de Ozzy y Sabbath”. Un documental sobre el concierto, Back to the Beginning: Ozzy’s Final Bow, está programado para 2026.
Tributos de un mundo en luto
La noticia de su fallecimiento desató una ola de tributos. Ronnie Wood de The Rolling Stones escribió: “Qué hermosa despedida tuvo en Birmingham”. Elton John lo llamó “un pionero y uno de los más divertidos que he conocido”. Brian May de Queen expresó: “El amor en Villa Park fue gigantesco. Estoy agradecido de haber hablado con él tras el show”. Metallica, Jack White y David Coverdale también compartieron emotivos mensajes, mientras que Black Sabbath publicó en redes: “Ozzy Forever”.
Organizaciones como Acorns Hospice, beneficiada por su concierto final, destacaron su legado de amor y pasión. Ali Campbell de UB40 lo resumió: “No solo moldeaste una cultura, la definiste”.
Un legado que resonará por generaciones
Ozzy Osbourne no fue solo el “Príncipe de las Tinieblas” más luminoso que se conozca; fue un sobreviviente, un innovador y un ícono que transformó el rock. Desde las calles de Birmingham hasta los escenarios mundiales, su voz y su espíritu indomable inspiraron generaciones.
Su festival Ozzfest, fundado por Sharon en 1996, lanzó carreras de bandas como Slipknot y System of a Down, y su franqueza sobre sus luchas personales humanizó a una leyenda. Como él mismo dijo: “Si no puedes hacer headbanging con Black Sabbath, probablemente estés muerto”.
Hoy, el mundo del rock se despide, pero su música, su humor y su legado vivirán eternamente. Descansa en paz, Ozzy. Gracias por tanto.
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