ETQQ / 19 Abr 2019.-  La asistencia humanitaria es una consecuencia de una serie de factores generados por el accionar del régimen chavista. Eso es indiscutible.

En cifras, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha dicho recientemente que siete millones de venezolanos necesitan asistencia humanitaria, lo que representa un promedio de 1 de cada 4 ciudadanos, si según cifras oficiales de censo la población se estima en unos 30 millones.

La ONU además calcula que 3,7 millones de venezolanos huyeron del país en los últimos años cuando la crisis recrudeció y la vida en Venezuela se hizo más difícil. Y esa cifra sigue en aumento constante.

Si bien la caída en la producción de petróleo, la principal fuente de financiación del gobierno chavista, redujo su capacidad de maniobra, la caída en la producción ha sido peor, y eso es exclusiva responsabilidad del régimen.

Venezuela pasó de 2,6 millones de barriles diarios de crudo en 2013 a unos 730.000 según datos de la OPEP.

Por otra parte casi todos los productos alimenticios que desaparecieron eran producidos por empresas que fueron expropiadas por el gobierno chavista, la mayoría de las cuales se encuentran inoperativas.

Para tener una idea de niveles de desabastecimiento, en el rubro de medicinas la Federación Farmacéutica de Venezuela estima que la escasez de fármacos sobrepasa el 70 %.

Venezuela cerró 2018 con la inflación más alta del mundo, de 1.700.000 %, y tiene una proyección de 10.000.000 % para este año.

En cuanto a servicios públicos, la electricidad, el agua potable, el transporte público y las telecomunicaciones son servicios manejados casi exclusivamente por el gobierno chavista y todos presentan fallas graves que hacen más cuesta arriba la vida en Venezuela.

Es notoria la gravedad del tema eléctrico y del agua, producto de la desidia oficial. Sin embargo pese a los racionamientos eléctricos aplicados por el gobierno chavista, el servicio de energía sigue siendo inestable y hay regiones que pasan días enteros a oscuras.

Por su parte el vital líquido no llega con regularidad y en muchos casos, llega en condiciones de salubridad preocupantes.

El transporte público ha ido desapareciendo gradualmente. Las asociaciones de conductores estiman que al menos dos terceras partes de las unidades colectivas están paralizadas debido a la ausencia de repuestos en el país.

Venezuela posee la conexión a internet más lenta de la región y los proveedores locales presentan fallas casi a diario.

La vida en Venezuela se ha vuelto insostenible. Esa es la realidad y el régimen chavista, responsable primario de esta trágica situación, y la “oposición” sólo libran su “juego de la cuerda”, mientras más ciudadanos no tienen qué comer, cómo trasladarse, ni luz, agua, y peor aún, mueren a diario.

Un país próspero, estable, correcto, no debería necesitar asistencia humanitaria. Llegar al nivel de tener que necesitar a asistencia humanitaria, es una gran derrota para todos.

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