Cultivar una actitud mental positiva comienza con la compresión de la importancia de dejar atrás las actitudes negativas que tanto daño causan. Sin esa comprensión consciente todo lo que hagas serás en vano. Aquí abordamos la importancia de tener una actitud mental positiva.
Cultivar una actitud mental positiva no se trata solo para ser feliz, esto es una idea errónea. Se trata de la persistencia al usar estrategias de pensamiento positivo para tener una mejor calidad de vida.
En el razonamiento detrás de elegir ser positivo: obtienes lo que das. Recibes lo que crees.
Hay una cita de Maya Angelou que dice: “Si no te gusta algo, cámbialo. Si no puedes cambiarlo, cambia tu actitud “.
Cuando eliges cultivar una actitud mental positiva cambias tu realidad, y mientras más insistas en tu nueva forma de ver las cosas en tu mente se afianzarán nuevos pensamientos positivos que te cambiarán el panorama.
Cuando tienes una actitud negativa, tu cerebro se da permiso para desarrollar patrones de pensamiento negativos y, a su vez, emociones difíciles y oscuras.
Sin darte cuenta pasas todos tus días quejándote, hostil o preocupándote por lo mismo una y otra vez, pensando que eso lo resolverá. Hacer esto hará que pierdas las respuestas en lugar de aprovechar al máximo los momentos frente a ti.
¿Qué hacer?
Lo primero que debes hacer es calmarte, liberar tu mentalidad problemática. Cuando liberas lo que te molesta, eliges una actitud más segura. Una que te ayude a aceptar tus emociones, aceptar lo que está sucediendo y aceptar que no tienes todas las respuestas ni el control.
La actitud lo es todo. Es como nos curamos a nosotros mismos. Es como aseguramos y superamos las cosas.
Una actitud mental positiva consiste en comprender que tienes poder sobre tus problemas, solo tienes que elegir el pensamiento positivo primero para cosechar sus beneficios.
Cuando lo has perdido todo, una actitud positiva puede ayudarte a recuperarlo o recuperar tu fuerza. Cuando eres positivo, tienes un poder que las circunstancias ni los demás pueden quitarte.
No siempre puedes tenerlo todo, pero siempre puedes tener una actitud positiva. Es suficiente para salvarte a ti mismo (y a otros potencialmente).
Cuando tienes una actitud positiva acerca de una situación, eres menos estresante, más tranquilo y eres capaz de razonar mejor para resolver el problema que tienes frente a ti.
En la vida, tienes control sobre tu capacidad de estar presente en el momento, incluso si no tienes control sobre todo, tienes el momento.
Al cultivar una actitud mental positiva sabes que este momento es lo que importa. No puedes arrepentirte del pasado o ver el futuro, la única forma de ser positivo es estar aquí. Tratar de vivir el hoy cambia tu vida a un estado de gratitud.
Tus traumas pasados no pueden hacerte tropezar cuando te aferras al presente, y el futuro deja de ser preocupante si piensas que lo afrontarás con una actitud mental positiva, aplicando tu sabiduría y herramientas para perseverar. Eso es todo lo que necesitas.
El amor propio se hace presente cuando practicamos el diálogo interno positivo, lo que nos decimos incide en nuestra actitud.
Es la manera más directa de incentivar el amor propio. Lo que te dices a ti mismo es poderoso y deja su huella. Aquí hay ejemplos de cosas que podrías decirte para practicar una actitud mental positiva:
Yo soy suficiente.
Yo valgo la pena
Puedo hacer esto, solo tengo que aguantar.
Lo superaré.
Soy poderoso.
Soy imparable
Cuando te dices cosas positivas comienzas a sentirlas. Si piensas que puedes superar ciertas situaciones y lo repites constantemente, tu mente comenzará a sentir que la positividad se filtra.
Amarte a ti mismo no será fácil ni vendrá de la noche a la mañana. Habrá un lío de sentimientos, arrepentimientos, diálogo interno, pensamientos de todo tipo, etc, pero la recompensa será una vida auténtica.
Amarte a ti mismo debe provenir de un lugar auténtico, no una mentalidad de “fingir hasta que lo consigas”. Tiene que ser real. Eso es todo lo que puedes hacer para ser positivo contigo mismo. Tienes que comenzar dentro y hacer el trabajo necesario para sanar y estar sano.
Evita el tipo de positividad donde no reconoces tus luchas o dolor, las emociones hay que dejarlas salir. Debes sentarte a analizar tus sentimientos, reconócelos y dales una voz. Deja que tus emociones te lleven a un lugar en el que te ayuden a lidiar con los cambios de la vida.
Desechar el dolor, la ira, la tristeza, todas esas emociones que asociamos con ser “negativas” solo frustrarán nuestro crecimiento y poder.
Cultivar una actitud mental positiva implica usar estas cosas para mejorarte a ti mismo o al mundo que te rodea porque no vas a ceder ante ellas, ni se convertirán en parte de ti y de tu identidad.
Ser positivo no es fácil, pero vale la pena ver lo que sucederá después. A la vuelta de la esquina puede estar el cambio que necesitas
Puedes comenzar en cualquier momento. La actitud mental positiva puede ser como un cambio de percepción. Una vez que te levantas, no hay nada que no puedas lograr.
Cultivar una actitud mental positiva es contagioso, y te aleja de personas negativas, esta actitud se extiende como la luz del sol sobre la oscuridad. Puedes ser la fuente de esa luz solar. Todo lo que tienes que hacer es simple: cree que puedes.
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