El sexto capítulo de House of the Dragon llamado “The Princess an the Queen” avanzó rápidamente a través de la línea del tiempo, y nos mostró un cambio generacional importante.
Han pasado 10 años y la casa Targaryen ha logrado sobrevivir en una tensa calma, a pesar de tener a un rey Viserys que apenas puede mantenerse en pie; una Rhaenyra “sumisa” y una Alicent intrigando disimuladamente.
Esta semana entraron en escena nuevos personajes, Rhaenyra y Alicent adultas, y los hijos de estas que serán protagonistas de la inminente guerra que ya está cantada.
La vida de Rhaenyra adulta pasó a ser monótona, a pesar de contar con la libertad que le dio el acuerdo matrimonial con Laenor, se podría decir que su único acto rebelde fue tener 3 hijos con su amante.
Por su parte Alicent se dedicó a manipular sutilmente a Viserys, aprovechando su frágil estado físico para impedir que Rhaenyra y sus hijos tomen protagonismo.
El capítulo abre con Rhaenyra dando a luz a su tercer hijo, pero apenas nace ya la Reina exige ver al niño.
Rhaenyra va ella misma a mostrarle al niño, a pesar de estar débil y sangrando.
Laenor la acompaña y Alicent se sorprende al ver a Rhaenyra, sin embargo, no cesa en su intención de hurgar al bebé para ver sus características físicas.
Aemond, Aegon II y Helaena Targaryen, son los hijos del rey Viserys y Alicent Hightower, y este episodio no ocultó el hecho de que estos jóvenes no representan buenas noticias.
Aegon, el primogénito del rey y Alicent, que lleva el nombre del primer rey Targaryen, es un personaje malcriado y no muestra ningún interés por la corona.
Pero ya su madre comenzó a manipularle, igual que hizo en su tiempo Otto Hightower con ella.
Aegon no parece ser adecuado para la corona, pero si para el exhibicionismo.
Aemond Targaryen en cambio es mas inquietante, pasa su tiempo fascinado por los dragones y cavilando sobre el hecho de que aún no tiene uno. Aemond es víctima de las burlas de su hermano y los hijos de Rhaenyra, que no cesan de molestarlo porque no tiene dragón.
Helaena Targaryen es la más extraña de los tres, aunque apenas apareció unos minutos en el episodio, pasa su tiempo obsesionada con un gran insecto y abstraída de la realidad.
Pero cuando Aemond preguntó a su madre cuando podría ser jinete de un dragón, Helaena dijo: “tendrás que cerrar un ojo”.
Al otro lado del castillo se encuentra la atípica familia de Rhaenyra con Laenor, integrada por sus hijos Jacaerys, Lucerys y el nuevo bebé Joffrey, que nace al comienzo del episodio.
Los tres niños pasan por hijos de Laenor, pero realmente son hijos de Ser Harwin Strong, y al parecer a la única que le preocupa esta situación es a Alicent, que no para de buscar pruebas para mostrárselas a Viserys.
Ser Harwin, aunque no es reconocido como padre de los hijos de Rhaenyra, está presente en la vida de los niños y pasa sus días enseñándoles a luchar.
La relación entre Harwin y Rhaenyra está enloqueciendo a Alicent, pero el rey Viserys, como siempre, hace oídos sordos ante cualquier rumor que intente enlodar la reputación de su hija y prohíbe hablar del asunto.
Al igual que la paz en el reino, la verdad sobre los hijos y la vida privada de Rhaenyra parece estar protegida únicamente por el Rey Viserys y el tiempo ya se le está acabando.
Daemon y su familia se encuentran en Pentos, una de las Ciudades Libres, donde se les ofrece estadía con Laena y sus hijas Rhaena y Baela.
Aquí le ofrecen vivir de manera permanente y Daemon se lo piensa, pero sabemos que la domesticación no va con él.
El Príncipe Daemon se encontraba buscando algo contrario a su naturaleza: un poco de paz, y en 10 años parecía haberla encontrado con Laena Velaryon y sus hijas.
El estilo de Daemon no es apaciguado ni monótono, pero debido a que no pudo quedarse con Rhaenyra decidió irse lejos y hacer su vida con su nueva esposa, montando sus dragones juntos y alejándose de las intrigas por el trono de hierro.
Laena, embarazada de su tercer hijo, le pidió a Daemon regresar a su hogar para poder criar a sus hijas como ella fue criada, pero Daemon se niega.
Al llegar al momento del parto Laena sufrió complicaciones fatales, similares a las que tuvo la madre de Rhaenyra, Aemma, pero esta vez la solución fue distinta.
A Daemon se le dio una opción parecida a la de su hermano, pero Laena tomó la decisión de acabar con su vida en sus propios términos.
Laena corrió hacia su mítico dragón hembra Vhagar, el increíble y gigantesco dragón más antiguo, y le ordenó que la quemara para acabar con su sufrimiento de una manera digna. Vimos como Vhagar vacila en cumplir la terrible orden de su jinete, lo cual aportó mayor drama a la escena, pero finalmente como comprendiendo el dolor insalvable de Laena, la quema de una llamarada.
Daemon no pudo hacer nada, y quedó viudo por segunda vez, con dos hijas y sin una dirección clara de qué hacer.
En Desembarco del Rey, una sesión de entrenamiento en el patio sale terriblemente mal. El arrogante Aegon hace alarde de sus habilidades ante los otros niños, mientras Ser Criston Cole y Harwin Strong ofrecen diferentes instrucciones.
Criston le hace comentarios irónicos a Harwin sobre la paternidad de los hijos de Rhaenyra, y lo empuja a reaccionar hasta que lo altera y se van a los golpes, lo cual hace que sea expulsado de la Guardia de la Ciudad.
En el consejo real Rhaenyra sugiere que su hijo, Jacaerys, se case con la hija de Alicent, Helaena. De esta manera, ambas familias podrían trascender sin problemas, unidas y firmes para el futuro. Eso también le permitiría dejar atrás sus diferencias con Alicent.
También ofrece en el trato que Aemond pueda elegir un huevo de dragón.
Alicent sonríe levemente y da por terminado el consejo, ella piensa que todo es una estrategia de Rhaenyra para aferrarse al poder.
Mientras espera la respuesta de su propuesta, Rhaenyra decide irse a Dragonstone con su familia después de la partida de su amante, Ser Harwin.
Después de los acontecimientos que marcaron el despido de Ser Harwin, su padre Lord Strong, presentó su renuncia como Mano del Rey a éste, quien la rechazó, tras lo cual Lord Strong pidió un tiempo para llevar a su hijo Harwin a su castillo familiar, Harrenhal, a lo que el rey Viserys accedió.
Lo ocurre en simultáneo es la revelación de un villano de talla mayúscula. El segundo hijo de Lord Strong, Larys, decide “tomar acciones” por su reina Alicent.
Larys va a donde unos presos condenados a muerte y les ofrece clemencia a cambio de “un favor”. La escena muestra cómo se les corta la lengua a algunos reos “beneficiados” de la clemencia ofrecida.
La escena siguiente muestra a Lord Strong llegando a Harrenhal con su hijo Harwing, siendo seguidos y vigilados por unos oscuros sujetos que portaban una insignia de abeja en el pecho: los reos de Larys.
Lo que ocurre después es poco menos que escalofriante. Un incendio se desata en el castillo, en los aposentos de Lord Strong y Harwing, sin que estos puedan salir de sus habitaciones por estar trancadas desde afuera. Ambos perecieron en el incendio.
En el libro dejan como sospechosos de este incendio a Daemon y a Corlys Velaryon, pero en House of the Dragon se confirmó que el verdadero culpable es Larys Strong, el intrigante y mejor amigo de Alicent.
Al mejor estilo de Littlefinger Baelish en Game of Thrones, pero peor, un desalmado Larys no titubeó en urdir un plan para deshacerse de su padre solo porque Alicent le confesó que le gustaría tener a su padre Otto a su lado.
Y lo hizo realidad matando en un incendio a su padre y su hermano, todo por acercarse más a la reina Alicent y quedar como el único miembro de su familia. Alguien que juega rudo al juego de tronos.
La nueva cabeza de la casa Strong es un hombre físicamente disminuido por ser cojo, pero con una mente retorcida,y carente de moral y buenos sentimientos que lo llevaran a escalar posiciones por medio de artimañas y acciones criminales.
En el capítulo mostraron una abeja dorada que Larys luce en su insignia y su bastón. También la lucieron los prisioneros que este liberó con la condición de que cumplieran sus órdenes.
La abeja es una referencia a la cita sobre Larys en el libro que dice: “Las palabras goteaban de sus labios como la miel de un panal, y nunca el veneno supo tan dulce”. Tenemos al villano perfecto.
El panorama ya está tomando sentido, veremos a un Daemon de vuelta a su vida enigmática y tendremos una batalla entre Alicent y Rhaenyra con el destino del reino en juego. La confrontación ahora es inevitable.
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