Masacre de más de 330 civiles en Siria a manos del islamismo radical durante el Ramadán
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Masacre de más de 330 civiles en Siria a manos del islamismo radical durante el Ramadán

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Desde hace al menos tres días vienen ocurriendo inenarrables actos de violencia sectaria que los medios por alguna infelíz razón no están cubriendo y que alarman a la comunidad internacional; más de 330 civiles, entre cristianos, drusos y alawitas, han sido asesinados en Siria en las últimas 48 horas, según denuncias masivas compartidas en redes sociales, principalmente en la plataforma X (Twitter).

Estas atrocidades, ejecutadas por el ejército rebelde que derrocó a Al Assad en diciembre, han ocurrido en pleno mes sagrado del Ramadán, un periodo tradicionalmente asociado con la paz y la reflexión para los musulmanes.

La ausencia de cobertura por parte de los principales medios de comunicación ha generado indignación entre usuarios de redes sociales, quienes han tomado la iniciativa de documentar y difundir los hechos, incluyendo videos e imágenes subidos incluso por los propios perpetradores.

Los canales de Telegram también han servido de difusores de la masacre que está ocurriendo.

Contexto: Una Siria fracturada tras años de conflicto

Siria, un país que lleva más de una década sumido en una guerra civil devastadora, ha visto recientemente un cambio en el equilibrio de poder con la caída del régimen de Bashar al Assad en diciembre de 2024, tras una ofensiva liderada por el grupo islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS). Aunque HTS, una escisión de Al Qaeda que ha intentado moderar su imagen, prometió proteger a las minorías religiosas, la realidad en el terreno parece contradecir estas afirmaciones.

Las provincias costeras de Latakia y Tartus, bastiones históricos de las comunidades alawita, cristiana y drusa, han sido escenario de una escalada de violencia sectaria desde el 6 de marzo de 2025. Según posts en X, esta ola de asesinatos comenzó como una represalia contra civiles percibidos como leales al antiguo régimen, pero rápidamente se transformó en un ataque sistemático contra minorías religiosas.

La Red Siria de Derechos Humanos (RSDH) y el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH) han documentado al menos 151 y hasta 340 víctimas civiles respectivamente, incluyendo mujeres y niños, en localidades como Al Mujtaria, Al Shir y Banias. Videos e imágenes compartidos en X muestran cuerpos apilados, ejecuciones masivas y actos de humillación, como alawitas forzados a ladrar como perros mientras sus captores disparan al aire, evidenciando un nivel de brutalidad que recuerda las peores épocas del Estado Islámico.

Detalles de la masacre: Testimonios y evidencia en redes sociales

Usuarios de X han sido fundamentales para visibilizar esta tragedia. Publicaciones como la de
@MA940CREW señalan que “más de 330 cristianos, drusos y alawitas han sido asesinados a manos del islamismo radical en pleno Ramadán”, acompañadas de enlaces a artículos de medios alternativos como gaceta.es.

Otros, como @Elna10476048, han compartido imágenes explícitas que muestran las consecuencias de las matanzas, con cuerpos alineados en las calles y mensajes de denuncia contra la indiferencia global. Incluso se han filtrado videos en los que los propios perpetradores celebran sus actos, gritando consignas como “¡Dios es el más grande, animales muertos!” mientras exhiben cadáveres.

En Latakia, un bastión alawita, se reportan ejecuciones masivas de civiles desarmados, mientras que en Tartus se han documentado ataques contra comunidades cristianas y drusas.

Usuarios como @vox803 han destacado la falta de cobertura mediática, sugiriendo que el temor a ser acusados de “islamofobia” podría estar silenciando esta crisis. Las publicaciones también revelan un patrón de venganza sectaria, con civiles asesinados por su religión, lo que apunta a una limpieza étnica y religiosa en curso.

Impacto: Temor y desplazamiento entre las minorías

El impacto inmediato de estas masacres es devastador. Las comunidades cristianas, drusas y alawitas, que históricamente han representado alrededor del 10-15% de la población siria, enfrentan ahora un éxodo masivo o la aniquilación.

En X – Twitter- , se habla de cristianos abandonando sus hogares en Homs y de drusos en Sweida protestando contra secuestros sectarios, mientras los alawitas, sobrerrepresentados en el antiguo régimen, son el blanco principal de la ira islamista. La violencia ha reavivado los temores de genocidio, un término que organizaciones como Global Christian Relief han usado para describir persecuciones similares en otros contextos.

El presidente interino Ahmed al Shara, líder de HTS, emitió un discurso el 7 de marzo condenando los asesinatos y prometiendo “juicios justos” para los responsables, pero muchos en redes sociales cuestionan su sinceridad, señalando que las fuerzas leales a HTS podrían estar implicadas.

La desconfianza hacia las nuevas autoridades es palpable, con usuarios como
@carmenas2 expresando escepticismo sobre la capacidad o voluntad del gobierno para proteger a las minorías.

“@ElSecreDeEuge
Me están llegando vídeos durísimos de Siria, el ejército yihadista que tomó el poder hace unos meses está matando casa por casa a cristianos y alauitas. Ningún medio se está haciendo eco. Es una auténtica carnicería.”

Implicaciones: Un desafío para la estabilidad y la comunidad internacional

Las implicaciones de esta masacre trascienden las fronteras sirias. En el ámbito interno, la violencia amenaza con desestabilizar aún más un país en transición, alimentando nuevas insurrecciones y perpetuando el ciclo de guerra.

La purga de alawitas en la administración pública, impulsada por HTS para desmantelar la red clientelar de Assad, podría exacerbar las tensiones sectarias, mientras que las minorías drusas y cristianas, atrapadas entre dos fuegos, podrían buscar apoyo externo, como el de Israel, que ya ha intensificado su presencia en los Altos del Golán.

A nivel internacional, el silencio de los grandes medios y la tibieza de la comunidad global han sido duramente criticados en X. Publicaciones como la de
@nagusias instan a una respuesta urgente, mientras que la inacción podría interpretarse como un aval tácito a la violencia islamista. La situación plantea un dilema ético y político: ¿cómo intervenir sin agravar el conflicto o ser acusados de islamofobia? Organizaciones de derechos humanos han llamado a la intervención de la ONU, pero la falta de consenso global complica cualquier acción concreta.

Una tragedia que exige atención urgente

La masacre de más de 330 cristianos, drusos y alawitas en Siria durante el Ramadán de 2025 es un recordatorio sombrío de las heridas abiertas de un país fracturado por la guerra y el sectarismo. Gracias a las redes sociales, el mundo tiene acceso a testimonios y pruebas que los medios tradicionales han ignorado, posiblemente por temor a controversias.

Sin embargo, este silencio no puede justificar la indiferencia. La comunidad internacional, las ONG y los ciudadanos globales deben presionar por justicia, protección para las minorías y un alto a la violencia, antes de que Siria se hunda aún más en el abismo de la intolerancia y el caos.

 

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