El mundo del fútbol está de luto por el fallecimiento de Franz Beckenbauer el Káiser del fútbol, uno de los mejores jugadores y entrenadores de la historia.
El Káiser, como se le conocía por su elegancia y liderazgo, murió hoy a los 78 años en su ciudad natal, Múnich, tras una larga enfermedad. Su legado al deporte rey es imborrable, tanto por sus éxitos con el Bayern de Múnich, el Cosmos de Nueva York y la selección alemana, como por su contribución al desarrollo y la difusión del fútbol a nivel mundial.
Beckenbauer nació el 11 de septiembre de 1945 en Múnich, en una familia humilde. Desde niño mostró su pasión por el fútbol y se unió al Bayern de Múnich en 1958, con solo 13 años.
Debutó con el primer equipo en 1964 y pronto se convirtió en el líder y el capitán del club bávaro, con el que conquistó cuatro Bundesligas, cuatro Copas de Alemania, una Recopa de Europa y tres Copas de Europa consecutivas, entre otros títulos. Fue el primer jugador en levantar tres veces el trofeo continental como capitán de su equipo.
Beckenbauer se destacó por su versatilidad, su visión de juego y su capacidad para organizar el ataque y la defensa desde la posición de líbero, que él mismo perfeccionó.
Fue un pionero en esa función, que le permitía salir con el balón desde atrás y sorprender al rival con sus pases o sus disparos. Su técnica, su inteligencia y su carisma lo hicieron merecedor de dos Balones de Oro, en 1972 y 1976, siendo el primer defensa en lograr este galardón.
Con la selección alemana, Franz Beckenbauer el Káiser del fútbol también hizo historia. Jugó 103 partidos y marcó 14 goles con la camiseta nacional.
Participó en tres Mundiales: fue subcampeón en Inglaterra 1966, tercero en México 1970 y campeón en Alemania 1974, donde levantó la Copa del Mundo como capitán ante Holanda, estrenando la copa que conocemos hoy día.
También ganó la Eurocopa de 1972 y fue subcampeón en 1976. Su último partido con la selección fue en 1977, frente a Francia.
En 1977, Beckenbauer fichó por el Cosmos de Nueva York, donde coincidió con otras estrellas como Pelé o Carlos Alberto. Con el equipo estadounidense ganó tres ligas y contribuyó a popularizar el fútbol en ese país.
En 1980 regresó a Alemania para jugar una temporada con el Hamburgo SV, con el que se proclamó campeón de la Bundesliga. Se retiró definitivamente en 1983, tras una última campaña con el Cosmos.
Tras colgar las botas, Beckenbauer se dedicó a la dirección técnica. Su primer reto fue dirigir a la selección alemana, que había quedado eliminada en la primera fase del Mundial de 1982.
Bajo el mando de Franz Beckenbauer el Káiser del fútbol, el equipo germano recuperó su prestigio y alcanzó la final de los Mundiales de México 1986 y Italia 1990. En este último, Beckenbauer hizo historia al convertirse en el segundo hombre, después del brasileño Mario Zagallo, en ganar la Copa del Mundo como jugador y como entrenador.
Después de su exitoso paso por la selección, Beckenbauer volvió al Bayern de Múnich como entrenador en 1993. Con el club bávaro logró una Bundesliga y una Copa de Alemania en dos temporadas. Se retiró del banquillo en 1996 para dedicarse a otras facetas relacionadas con el fútbol.
Franz Beckenbauer el Káiser del fútbol fue uno de los impulsores de la candidatura de Alemania para organizar el Mundial de 2006, que finalmente se le concedió al país germano. Fue el presidente del comité organizador del torneo y el embajador del fútbol alemán ante el mundo.
Su imagen se vio salpicada por un escándalo de presunta compra de votos, que él siempre negó.
Además de su papel en el Mundial de 2006, Beckenbauer ocupó diversos cargos en el Bayern de Múnich, del que fue presidente entre 1994 y 2009, y presidente honorario hasta su muerte. También fue miembro del comité ejecutivo de la FIFA y de la UEFA, y colaboró con varias organizaciones benéficas.
Beckenbauer fue un referente para generaciones de futbolistas y aficionados. Su estilo, su personalidad y su palmarés lo convirtieron en una leyenda del deporte.
Su fallecimiento deja un vacío enorme en el mundo del fútbol, que le rinde homenaje y le agradece su aportación al juego más hermoso del mundo. Adiós Franz Beckenbauer el Káiser del fútbol.
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