ETQQ / 21 Abr 2019.- Una oleada de atentados suicidas con bomba en iglesias y hoteles han asesinado al menos 200 personas y herido a más de 400 en este Domingo de Resurrección en Sri Lanka.
En una jornada extremadamente convulsa se han reportado explosiones en al menos tres iglesias y cuatro hoteles. En las iglesias ocurrieron las explosiones durante la misa de Pascua de Resurrección, por lo que estaban plenas de fieles. Los hoteles atacados han sido todos hoteles de lujo.
La oleada de explosiones comenzó a las 8:45 de la mañana con un devastador atentado en la iglesia católica de San Sebastián de la ciudad de Negombo, y prosiguió con ataques contra otros dos templos cristianos, y tres hoteles de lujo de la capital: el Shangri-La, el Cinnamon Grand y el Kingbury.
Las autoridades locales han decretado toque de queda de doce horas a partir de las 18:00 hora local. Así mismo han bloqueado los accesos a redes sociales y servicios de mensajería.
El ministro de Economía y Reforma de Sri Lanka, Harsha de Silva, quien se apersonó en la iglesia de San Antonio y dos de los hoteles afectados relató un panorama plagado de “escenas horribles”. “Vi muchas partes del cuerpo esparcidas por todas partes” expuso en su cuenta de Twitter.
En los hoteles se reportó que en el Cinnamon, el estallido se había registrado en uno de los restaurantes del lugar. El suicida se voló justo en la fila de clientes que esperaba para entrar el bufé de Pascua.
En el Hotel Shangri-La las cámaras de seguridad grabaron a dos individuos que tras alquilar una de las habitaciones del recinto el día anterior, se volaron en la cafetería y en uno de los pasillos del lugar.
En templo de Negombo se produjeron al menos 100 muertos y en la iglesia de San Antonio, en Colombo, uno de los santuarios más emblemáticos de la minoría católica de Sri Lanka, y considerado un santuario nacional al que suelen acudir decenas de miles de personas durante la conmemoración de la figura al que está dedicado, San Antonio de Padua.
El tercer atentado contra iglesias católicas se produjo en Batticaloa, al este del país. Esto evidencia una coordinación por parte de los atacantes que deja clara la intención de intolerancia religiosa, criminal y absurda, además de infinitamente cobarde, con la que se cometieron los atentados asesinando a cientos de inocentes e indefensas personas.
La intolerancia religiosa vuelve a cobrar víctimas inocentes en una escalada de odio absurda que no aprende que pese a dos mil años, persecuciones desde tiempos romanos, pasando hasta el presente, la cristianidad no desparecerá por el odio, la estupidez y la irracionalidad de unos pocos.